Un cuerpo de trabajo creado en los últimos años de producción de la artista. Construir sobre un eje de maderas policromadas. Flexibilizar lúdicamente las superficies. El protagonismo de los colores primarios y el modo de producción en multiplicación y diversidad dentro de un mismo patrón. Este es el proyecto/obra más reciente de Graciela y creo que comparte notables características con el anterior, en lo referente a la paleta y modalidad. Son estas cantidades múltiples con la que, luego la artista escenifica: acercando, acumulando, alejando una piezas de otras y es así como no podemos leer estas construcciones en madera de colores como esculturas únicas sino más bien como instalaciones escultóricas, grupos o pueblos coloridos que, como ocurría con Capines o con los Dibujos se dan sentido unos a otros y nos regresan a esa primera sensación de “coherencia” que nos genera esta producción artística de 50 años.