Pensar la posibilidad de poner en acción e imagen un Diálogo de Colecciones bajo la perspectiva de un Domicilio Existencial y su Mirada Situada presupone un gran desafío: el del intercambio e intersecciones de operaciones artísticas que en su conjunto demoren la intensión bajo el mismo desamparo y en un mismo suelo que a su vez las cobije.
Es un lugar común pensar el diálogo, desde la tradición de la cultura europeo-occidental- judeo-cristiana, como esa puesta en común de la palabra tras la búsqueda de un sentido y las colecciones como aquellos conjuntos de elementos significantes que albergan la posibilidad de una magna visión. Pero también es cierto que no hay continuidad a tradición alguna sino por medio de la traición a la lengua, como la misma palabra nos lo indica.
Es por eso que nuestro diálogo, más que ir tras una búsqueda, intenta generar un espacio que desdibuje todo a priori...particular de cada obra de arte y se instale en su suelo común para hablar y hablarnos, leer y leernos, cual cadáver exquisito. Del mismo modo que nuestra colección no hará más que conjugar y conjurar la ficción de un narrador que nos hospeda para ser mirados por los infinitos renglones de una escritura tejida para un lector común.
Entrada actualizada el el 12 ago de 2019
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