Este proyecto tiene como punto de partida una imagen que el artista encontró en el sector de La Vorágine, cerca al río Pance. Una roca gigante que había sido cruzada por un cerco de malla eslabonada de un lado al otro; el relieve de la piedra se había dibujado en la parte inferior del cerco. Además de ser una especie de transgresión de una barrera territorial, ¿Qué pasaría si el objeto se trasladara a un espacio diferente al que estaba emplazado? ¿Cómo el vacío hablaría del objeto piedra por su ausencia?
A partir de dicha imagen sugerente y sus cuestionamientos, comenzó a especular sobre un escenario distópico en el que solo se pudiera dar cuenta de los elementos naturales que hubieran podido existir en la zona a través de su ausencia, por las marcas o huellas que habría dejado la naturaleza sobre los objetos artificiales; como ruinas que dan cuenta de...un paisaje extinto, o que mutó fósiles de estos días.
A Nicolás González le interesan las formas que toman los paisajes en la interacción con la ciudad y sus desechos, la manera como el crecimiento acelerado de los espacios urbanos transforma los entornos naturales, creando escenarios de distintos tipos de relación con los elementos artificiales.
Su trabajo es una exploración material en la que confluyen intereses que el artista ha tenido alrededor del trabajo con materiales como estropajos y traperos, abordando la idea de una catástrofe contenida, algo que está a punto de acontecer, o vestigios de lo acontecido.
Entrada actualizada el el 20 dic de 2021
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