Unidad+1 [últimos días] es la nueva puesta en público de un trabajo de carácter procesual, alrededor de una serie de intereses que tienen como eje prioritario la práctica de arte en un marco socio cultural, político y económico producido por el conjunto de leyes y normas que configuran el sistema (único) social capitalista, produciendo con ello el debilitamiento del ámbito simbólico que tanto a favorecido al liberalismo de consumo. Una mirada atenta a las inercias de los procesos en dominio, abre diferentes líneas de análisis que insertas en la reflexión sobre el sistema social del arte y sus prácticas, invitaba entonces, y ahora, a considerar interesantes algunas preguntas sobre la unicidad de la obra de arte y el carácter socio-político que encierra la construcción de lo uno. Unidad+1 era, pues, una fórmula operativa que remitía a una idea crítica sobre lo plural, sobre el multiculturalismo en boga entonces, ... al mismo tiempo que consideraba pertinentes algunas preguntas sobre multiplicidad, diversidad, multitud, etc., en un marco diseñado a partir del desalojo de lo ideológico tras el empuje de los diversos análisis pragmatistas. La fórmula, propuesta por vez primera en 2001 (Unidad+1), se podía entender como una manera de abrir a la reflexión el trabajo del arte más allá de la crítica a la mercancía, más allá de Marx y Benjamin, lo cual comportaba alejarse de los posicionamientos alrededor del objeto de arte y sus crisis, para abrirse y recuperar los discursos que operaban sobre las prácticas en un orden social concreto, localizado. El forzamiento que representa la noción de lo uno, leído en el interior de los nuevos marcos disponibles, invitan a señalar el carácter coyuntural de la adopción acrítica de lo plural y diverso en el discurso sociocultural y político en dominio, que tiene entre sus objetivos prioritarios generar una convención del vivir social contemporáneo desde lo transitorio, y por tanto, desde una nueva definición del derecho y la responsabilidad política.