Las personas, tan diferentes pero en el fondo tan parecidas.
En las fotografías que Oier Ituarte presenta en esta exposición vemos retratos de personas solas, enfrentadas al objetivo de su cámara. Cada una diferente, pero al final con los mismos sentimientos. Sentimientos que no han cambiado con el paso del tiempo.
Y nuestra sociedad, ¿ha cambiado tanto desde los tiempos de la polis griega de Aristóteles? David Hornback en sus fotografías de calle muestra grupos de personas que se relacionan entre ellas. Sus movimientos y contactos, ¿son muy diferentes a las sociedades que describió Hobbes en su Leviatán?
Hemos avanzado mucho en tecnología, y ésta nos ha terminado invadiendo. Nuestros móviles suenan sin cesar y las redes sociales rigen nuestras vidas creando en muchos casos dependencia y ansiedad. Lle Godoy trata este tema de una forma irónica en su obra Señoras en bandeja. Y ¿qué decir de nuestras relaciones personales, sexuales? Seguimos con...las mismas ganas de conocer, intimar, pero la forma de relacionarnos ha cambiado drásticamente. El vídeo de Raquel Meyers es muy claro en este sentido y no necesita explicación: Myopia for the future. Inmediate satisfaction. Un certero resumen de cómo son nuestras vidas.
Nuestra sociedad actual vive continuos y vertiginosos cambios. El polaco Zygmunt Bauman la define como la vida líquida: «una vida caracterizada por no mantener un rumbo determinado, pues al ser líquida no mantiene mucho tiempo la misma forma». Y esa perpetua necesidad de querer adaptarnos, ese querer estar al día, nos crea desorientación e incertidumbre.
Avances sin embargo positivos, como el lógico y anhelado protagonismo social de la mujer. Sra. Polaroiska nos muestra una interpretación del mundo de la mujer y su unión en su obra Andre kale. Y ante este lento avance social de la mujer persiste aún el rechazo al diferente por su forma de pensar, de vestir o de amar distinta a lo que dicta la mayoría. Juan Pablo I en sus luminosos collages se preocupa por la genética y las influencias culturales, religiosas en nuestras vidas. Ernesto Casero profundiza en este tema: la genética, las herencias de las élites económicas occidentales. La supremacía blanca. Y lo cuenta a través de sus exquisitos carboncillos.
Miedo. Miedo a perder su estatus y a lo desconocido, a los emigrantes africanos que se acercan huyendo del hambre en sus países y de zonas en guerra. Ixone Sádaba refleja en su obra el drama, la dureza de estas vidas. Porque recordémoslo, son seres humanos rodeados de destrucción.
Toda esta miseria se ve gobernada por Putin, el espectacular trabajo de Kepa Garraza. Es Putin, pero podría ser cualquier otro gobernante actual. ¿Cómo es posible que una persona pueda tener un poder tan absoluto? Pensemos.
Y ante tanto poder, nuestro pequeño mundo. La tierra donde vivimos. ¿Cómo subsisten las minorías ante tal avalancha? ¿Qué hacer para defender nuestra identidad ante la tremenda globalización que nos rodea? Zaloa Ipiña defiende el euskera, nuestra lengua, ante esta invasión. Y en el vídeo de Izaro Ieregi se interpreta nuestro reciente pasado, tratado de una forma íntima y recogida.
Nuestra forma de gobierno vive épocas inciertas; la democracia y la libertad están amenazadas. Adrián Castañeda, a través de sus sutiles y espectaculares instalaciones, rebusca en las leyes que nos imponemos y que nos imponen. Mientras, Ana Riaño utiliza sus acrílicos para darnos diferentes formas de cerrar las historias. También el trabajo que presenta se puede interpretar como dos posibles versiones de una misma realidad. Es la era de las fake news.
El envejecimiento de nuestra sociedad y la baja natalidad nos plantean nuevos desafíos. Cada vez más ancianos y cada vez más solos.
Proyecto Ellas recopila historias, relatos y fotografías de prostitutas y habitantes de los barrios más marginales de nuestra ciudad. Toda una lección de humanidad. En lo más bajo de la escala social, Ismael Iglesias pinta graffitis como vómitos en colchones encontrados en la calle. Es una forma de protesta, pero la superficie elegida es un colchón, un lugar íntimo donde vivimos, amamos, enfermamos... donde pasamos nuestras vidas.
El futuro es siempre desconocido. Ante tanto consumismo y acumulación de bienes (y de likes), son los valores humanos los que tienen que regir nuestras vidas.
La única esperanza está en la educación y el aprendizaje. Este conocimiento nos dará las pautas para ser cada vez más libres, y mejorar poco a poco la vida que nos rodea.
Esta exposición se celebra en Bizkaia Aretoa-UPV/EHU: que sus salas sirvan para el conocimiento y el aprendizaje de nuestra sociedad.
Bilbao, enero de 2019.
Fidel Díez Mesa
Comisario de la exposición
