Este joven artista se encuentra inmerso en el mundo del arte desde su infancia. “Desde que tengo memoria estoy en este mundo, y no he conocido otra postura ante la vida que no sea el arte”, confiesa. Kobayashi no se incluye dentro de ninguna corriente pictórica, ya que busca incesantemente en la estética de sus obras su propia definición.

Fruto de una larga conversación con la imagen y el tratamiento de diferentes formas de representación, su obra es rica en estructuras, pero carece de un contenido concreto, ya que según él “un cuadro que juega con el contenido tiene el peligro de pasarse de moda y de que resulte viejo. De hecho, si fuese capaz de transmitir el contenido de lo que pinto con palabras, dejaría de pintar”. Se trata, pues, de estructuras personales, consideradas por el artista como “la ... continuación del trabajo de sus predecesores, y un pequeño paso más en la historia del arte”.

Si bien en su última exposición en la galería Dionís Bennassar nos presentaba su exclusiva técnica de óxido líquido sobre aluminio, esta vez integra esta técnica en otros soportes como el papel y la tela. Sirviéndose de la investigación de los últimos años, Kobayashi se vale, además, de técnicas muy diversas y materiales tan diferentes como el pan de plata, el café, el vino y muchos otros surgidos de su constante búsqueda estilística.

Atraído en esta ocasión por seres bioacuáticos como amebas y protozoos, microorganismos que marcarán el aspecto formal de la muestra, el artista nos presenta obras de mediano y pequeño formato sobre papel y tela en las que sus características pinceladas de caligrafía en tinta negra y tonos otoñales toman especial relevancia.

“Variaciones” permitirá descubrir su evolución interior y su incesante búsqueda de una nueva expresión del Arte.