El proyecto expositivo del artista portugués hace una clara referencia a las famosas pinturas de paisajes y jardines del pintor impresionista Claude Monet. Es algo así como un tributo al gran maestro francés. No obstante, Madureira va mucho más allá de una mera recreación pictórica de tales obras. Les da un nuevo significado, las reinterpreta de manera radical tanto a nivel formal como contextual. No extraña, pues, que el título de la muestra provenga de una frase de la canción The Garden de la banda musical alemana Einstürzende Neubauten, representantes de un sonido nada bucólico sino más bien industrial-electrónico, por no decir dadaísta.
La exposición se puede entender como una sola instalación, un jardín, cuyo concepto se basa en seis ideas clave, aquí agrupadas en binomios antagónicos:
Pintura plana/ objeto tridimensional
Para la elaboración de estas obras, Alexandre Madureira usa pintura acrílica y látex sobre cristal. Una vez que se seca la pintura,...la arranca de su soporte; así, esta queda libre del espacio bidimensional y se convierte en una piel acrílica con ilimitadas posibilidades de transformación en un objeto tridimensional.
Inicio / final
Desde que la pintura es pintura, el espectador solo ve el final del proceso, la imagen acabada. No hay posibilidad de saber cuál fue la primera pincelada, cómo se creó la obra; todo queda secretamente oculto. Tras liberar la pintura de su soporte, el cristal, Madureira nos da la oportunidad de ver, detrás de las bambalinas, el inicio del proceso creativo.
Técnica / espontaneidad
El procedimiento técnico siempre es el mismo, rígido. Avanza paso a paso hasta llegar a su fin: la liberación de la piel acrílica de su cárcel. La espontaneidad se encuentra en todo lo demás: las pinceladas, los colores elegidos, las formas y motivos, transparencias y capas que forman la imagen final y, sobre todo, en la creación - sin idea previa - de los distintos objetos que poblarán este jardín madureirano.
Comenta el artista que You Will Find Me if You Want Me in the Garden tiene un significado muy personal para él. “Mi madre siempre me decía que pinto cosas raras que ella no entiende, que por qué no pintaba cosas bonitas como flores y paisajes. Pues, muchos años después de su petición, por lo menos veinte, tuve que encontrar una forma de pintar paisajes y flores, cosas bonitas capaces de agradarnos a ella y a mí. Bienvenido a mi jardín”.
Alexandre Madureira, 1976 Oporto. Actualmente trabaja y vive en Bamberg, Alemania. Tras pasar su infancia en Venezuela, vivió y estudió arte en Portugal y continuó su trabajo artístico en Barcelona y Bamberg. Realizó su primera exposición en Lisboa en 2002; hasta la fecha continúa exhibiendo en el ámbito internacional: Barcelona, Ámsterdam, Lisboa, Berlín y Múnich. Su combinación de la pintura figurativa tradicional con el pensamiento conceptual y algunos elementos del pop art provoca una perspectiva singular de la cultura contemporánea.
Entrada actualizada el el 18 sep de 2019
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