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La exhibición, curada por Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón, está integrada por 49 obras de variados tamaños realizadas en los últimos tres años, en técnica mixta sobre tela y otros soportes.

'Schvartz se interesa por los habitantes de los márgenes de la sociedad, aquellos que nadie quiere ver y que todos los días caminan a nuestro lado: usando diferentes técnicas plasma en la obra, con autoridad, su preocupación por la indiferencia de la sociedad hacia su prójimo', expresa Cavanagh.

'Hay una revolución en el living', dice a propósito de esta muestra Fernando Bedoya: objetos globales made in `todo por un peso´ han sido acorralados, desplazados por un desembarco regional (entidades, identidades, adornos, juguetes y artesanías ... varias) ocupan el desierto poblado de fantasmas. 'La consagración es despiadada y son estos señalamientos, llenos de rumores y latidos, los que hoy habitan y nos presentan las obras de Marcia'.

La exposición expresa, asimismo, el grado de libertad con que se mueve la artista. Describe Cavanagh: 'En La Zanja, de gran tamaño, con más de setenta kilos y cuarenta centímetros de espesor, arpillera intervenida con huesos, arena y caracoles, exhibe restos del fondo del mar que Schvartz encontró en su viaje a Trujillo (Perú), y que la conectaron con un sentimiento místico, y la percepción de que ese fondo estaba vinculado a la vida y a la muerte, al comienzo y al final, a la desaparición de amigos de su generación'.

Marcia Schvartz nació en Buenos Aires el 24 de marzo de 1955, hija del editor Gregorio Schvartz y la historiadora Hebe Clementi. Realizó estudios inconclusos en la Escuela Nacional de Bellas Artes y concurrió a los talleres de Ricardo Carreira, Luis Falcini, Yuyo Noé y Aída Carballo, a quien considera su maestra.

Ha realizado decenas de exposiciones en importantes escenarios, como el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Isaac Fernández Blanco, el Centro Cultural Recoleta, el Museo de arte contemporáneo Ateneo de Yucatán, en México; el Museo del Barro de Asunción, en Paraguay, y en espacios de San Pablo y Barcelona. También participó de la Bienal de Venecia.

Además del premio mencionado más arriba, recibió otras importantes distinciones, entre ellas: Salón Nacional de Pintura 2012 Fundación Banco de la Nación Argentina, 2012; a la exhibición individual del año de Asociación Argentina de Críticos de Arte, 2007; KONEX de platino pintura, quinquenio 1997-2001; Mención en Cerámica XC Salón Nacional de Artes Visuales, 2001, y Pintura Constantini, por su obra 'Ainda'. Museo Nacional de Bellas Artes, 1998.