Cuestiono algunos valores y comportamientos humanos que considero claramente trastocados, inexplicables, incoherentes. Observo críticamente temas cotidianos, a veces locales. Selecciono materiales que considero nobles. Rescato esa materia prima cuidadosamente para resignificarla. Surgen así composiciones dónde suele interactúar el ser humano en planos secundarios: personajes, cuerpos o partes de ellos. Busco que las materialidades sean las protagonistas ó algún objeto encontrado. Pongo el foco en la incomodidad, en la extrañeza. En tiempos de selfies convoco a mirar hacia afuera. Primero de lejos, luego muy de cerca. Busco que inquiete la situación, no las personas. Construcciones disruptivas que invitan a repensar esos comportamientos que por tan habituales, hemos naturalizado. Me interpelo nuevamente: ¿son actos naturales? Finalmente la ironía, de hacer arte con el desecho de otros, me resulta tranquilizadora.