La carrera multidisciplinaria de Max Maxwell empezó como asistente creativo de Brian Eno cuando desarrolló el interés por proyecciones de luces, formas escultóricas y obras en suspensión. Maxwell también experimenta con la transformación de materiales, así como con su reubicación para mostrar cualidades que normalmente no son visibles. Sus pinturas están influidas directamente por sus experimentos de video; las pinturas al óleo y las hojas de metal están dispuestas al azar y doradas sobre paneles de aluminio. El aspecto de las obras de arte, aparentemente en constante evolución, evoca paisajes abstractos sometidos a una pátina química. Sus trabajos han sido expuestos internacionalmente en grupo y en solo shows, y fue seleccionado por el Festival de Cine de Cannes en 2011.