Volví a la línea despojada. Siento que inscribo en un idioma profundo. Con un código común que habla de nuestra memoria, de nuestros sentidos, de nuestros sentimientos. Dice en vibraciones. Como ondas que leídas pueden invocar, interpretar. Al bordar pongo en objeto el inconsciente que cuenta, según las direcciones, las formas, las amplitudes, las apretadas tramas: historias. Pienso que si pudiéramos decir, en distintos idiomas, un mismo concepto, sentimiento y lo graficara un aparato capaz de hacerlo, el dibujo que resultaría seria muy similar. Códigos, lenguajes, formas, señales, símbolos, iconos. Una línea: segmentos infinitos unidos Yo bordo. Mi aguja enhebrada penetra el lienzo, lo marca, enlaza en su movimiento. Es una acción generadora. No bordo sobre una figura marcada. Improviso me pregunto, me respondo me digo, me contradigo, me desdigo y afirmo. Siempre en una línea. Inevitablemente me continúo. Victoria Mataran