A pesar del complicado momento político, económico y social que atraviesa Venezuela, algunos de sus más señalados espacios artístico-culturales, tanto públicos como privados, mantienen su actividad en el día a día.

Que esto suceda, se debe, en buena medida, a la importante labor y dedicación de casi una veintena de profesionales que están a su mando.

Porque para qué engañarse, no lo tienen nada fácil, sobre todo aquellos que se integran en el sector público (de las 17 instituciones seleccionadas 12 son públicas).

Sería de necios no ver la delicada situación que atraviesan muchos de ellos. Además, ya se sabe que el primer dinero en recortarse en los presupuestos públicos es el de cultura y la situación de Venezuela está muy pero que muy dura, con lo que el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, está más que obligado a lidiar con ella.

Si hacemos, por un momento, casi omiso de lo anterior para solo centrarnos en los perfiles de los 18 profesionales que manejan en la actualidad las riendas de 17 de los principales museos, fundaciones y centros de arte del país, encontramos dos grupos diferenciados. Por un lado, aquel con cualificados profesionales de la curadoría y de la gestión cultural, y, por otro, el de artistas, docentes, arquitectos, políticos y economistas devenidos en directores. 

Y si a lo que atendemos es al género, comprobamos que hay un claro dominio femenino, al ser doce mujeres las que ocupan alto cargos en las diecisiete instituciones analizadas.

A la hora de adelantar un par de ejemplos de la casi veintena de líderes y responsables artísticos aquí reunidos, es casi obligado citar a dos profesionales de dilatada trayectoría como son: Tahía Rivero, la curadora del Espacio Mercantil de la Fundación Banco Mercantil, desde 1999, y Patricia Velasco, quien, desde 2011, es directora de la Fundación Sala Mendoza.

Ambas están al mando de dos de los pocos espacios privados (porque lo privado en Venezuela está en mínimos) y que, además, siguen manteniendo una alta calidad expositiva. 

Y es que Venezuela, a todas luces, es tierra de magníficos curadores. Y no solo lo deja patente viendo algunos de los integrantes de esta nueva lista. Si cabe, esto es, aún, más notorio, si pensamos en otros tantos que un día decidieron abandonar el país (¡voluntariamente o no!) en busca de nuevos desafíos y oportunidades. Ahí están los casos de Luis Pérez-Oramas, Grabiela Rangel o Julieta González, por citar tan solo tres claros ejemplos de curadores nacionales triunfando allende las fronteras de Venezuela.