Agustina Ferreyra (Buenos Aires, 1981) es, sin lugar a dudas, una de las jóvenes galeristas iberoamericanas que mejor está entendiendo por donde soplan los nuevos vientos del galerismo y que mejor le está tomando el pulso al actual momento que le toca vivir al sector. 

Charlando con Ferreyra, en este nuevo #AlEncuentroCon, uno no sabría decir donde empieza o acaba la persona y la galerista. De sus palabras se desprende que tanto ella como su galería homónima conforman el rico e intenso universo Ferreyra, siendo una la extensión de la otra. Dejando muy a las claras, que sin una no se entiende la otra.

Una identidad personal que se traduce en un estilo de vida nómada y, que, sobre todo, provoca una línea de galería muy Ferreyra. 

Y es que esta argentina de nacimiento, que ha vivido en muchos sitios, pero que no se siente de ninguno, desde que abriese su galería en San Juan (Puerto Rico), en 2013, ha hecho que su vida personal y profesional se entremezclan casi hasta confundirse. 

En ello, tiene mucho que ver que sea, como nos reconoce, "para bien o mal la única empleada de su galería", lo que a su vez "le da absoluta libertad de hacer y moverse a donde quiera".

Tanto es así, que Agustina, tras fundar su galería en San Juan, y, posteriormente, trasladarla a Ciudad de México, entre 2017 y 2020, nuevamente, vuelve a tener su base en San Juan, en gran parte, siendo una decisión motivada por la inesperada situación provocada por la pandemia, como nos aclara.

Si bien, la sigue interesando tener una patita puesta en Ciudad de México. 

Y es que, según nos avanza, tiene planeado abrir un nuevo espacio físico en San Juan pero, al mismo tiempo, reconoce sentir la necesidad de seguir teniendo algo en la Ciudad de México, para, según ella, "seguir manteniendo un diálogo que he generado y que es parte también de mi identidad". 

Si uno repasa los ocho años de su trayectoria galerística, se podría asegurar que no le ha ido nada mal. Y si nos fijamos en el último año marcado por la pandemia, pues, tampoco. 

En este sentido, está cerrando la invitación de un año de residencia en la galería Kurimanzutto (Ciudad de México) dentro del programa Siembra.

Para Agustina esa invitación "le vino como anillo al dedo, al estar mudándose de país y no tener pensado abrir espacio en seguida en San Juan". Además, le ha permitido programar un año de su galería haciendo cuatro exposiciones, en las que ha puesto a dialogar a dos artistas de su programa en cada una de ellas. 

Algo que, como nos confiesa, "ha sido muy lindo porque yo siempre fantaseaba con echarme un año de programación haciendo 'Two person shows', pero me parecía muy arriesgado".

No menos importante es su participación en la iniciativa internacional South x South VEZA e, igualmente, no es detalle menor, el hecho de formar parte del comité de Art Basel Miami, de la que dice, "que le parece de hecho un gran escaparate y plataforma para las galerías latinoamericanas. Un buen punto de encuentro".

Además de esos planes futuros y proyectos recientes, hemos conversado, largo y tendido, con ella sobre la cercana, íntima, humana y "horizontal" relación que mantiene con sus artistas representados, así como su visión y participación pasada y futura en ferias comerciales y también cómo observa a las nuevas generaciones de coleccionistas. 

Sin mas, les dejamos con esta galerista sumamente inquieta (cual torbellino) que se expresa con una capacidad y velocidad verbal que está al alcance de muy pocas personas, y a quien lo que más le interesa de su trabajo "es entender el mundo a través de los ojos de alguien más, que no soy yo. Esa es una de las grandes alegrías de mi trabajo".

Aquí la entrevista completa: