Hace unos meses, WECOLLECT se estrenaba con un nuevo espacio de galería de arte en la Calle Conde de Aranda en Madrid, sin dejar de lado sus actividades paralelas como club de coleccionistas y asesoría de arte. Pablo Barrios Martínez entrevista para #LaGrieta a Enrique del Río, un empresario cultural fuera de lo común, ocupado en ampliar los círculos del mundo del arte por dos vías: ayudar a educar la cultura visual de los futuros coleccionistas de arte mientras trata de desarrollar las carreras profesionales de los artistas jóvenes. 

Pablo Barrios Martínez (PBM):¿Cuál es tu visión y tu estrategia como galería de arte? ¿Cuáles son las funciones de una galería de arte en el Siglo XXI? 

Enrique del Río (EdR): Nuestra galería es un caso muy especial, al menos diferente, porque nace de un primer club de coleccionistas y de una asesoría de arte que, además de trabajar con coleccionistas establecidos, se ha enfocado siempre y ha hecho muchos esfuerzos desde el primer día en un perfil de cliente distinto, creando muchos nuevos compradores que poco a poco se han ido convirtiendo en coleccionistas o se convertirán en un futuro cercano. En esta nueva etapa damos mucha más importancia a la galería aunque llevamos ya 4 años con ella en el anterior espacio de Castellana (el cambio de espacio es una declaración de intenciones), pero no dejamos de lado esta visión de crear un nuevo público a través de actividades paralelas dentro y fuera de la galería o formación especializada. Creo que esta es una de las funciones de las galerías en el siglo XXI, crear nuevos canales y nuevos clientes y empatizar más con aquellos amantes del arte que por una u otras razones no se han acercado al arte como clientes. Parecerá una tontería pero si analizas la historia del arte y la historia de las galerías esto no siempre ha sido tan fácil. Los medios de difusión que tenemos ahora permiten esta posible expansión sin precedentes de cualquier negocio de nicho, cosa que en el convulso siglo XX, y por supuesto en los anteriores en el caso de las galerías, ha sido imposible. Dora García dijo hace tiempo que “El arte es para todos pero sólo una élite lo sabe”. Ahora esa élite se está haciendo cada vez más grande y las galerías deben aprovecharlo. 

Vista de la galería WECOLLECT

PBM: El mercado español del arte representa 1% del mercado mundial. Sin embargo, su estructura se caracteriza por ser frágil y los precios de las obras de arte presentan una alta volatilidad. ¿Crees que en España prevalece el criterio del gusto sobre el de la inversión a la hora de coleccionar obras de arte? 

EdR: Bueno, hay varias afirmaciones en la pregunta que no son del todo ciertas y conviene aclarar, porque cuando hablamos de arte parece que hablamos de algo abstracto y está todo muy claro. Primero, que “los precios presenten una alta volatilidad” dicho así es engañoso y genera confusión a los clientes. Vivimos en el mundo en el que vivimos y las empresas, TODAS, tienen un precio en bolsa diferente cada día, a veces muy diferente, pero a nadie le extraña y todo el mundo invierte en bolsa; lo mismo con las propias monedas internacionales, las hipotecas, los préstamos, la gasolina y la electricidad ni te cuento, los alquileres, la verdura, muchos alimentos de temporada, el vino, incluso la ropa de tu día a día hoy cuesta 100 y mañana está al 50% porque sí. Nunca he acabado de entender por qué al arte se le pide que no pertenezca a este mundo y por qué no aceptamos en el arte algo que sí aceptamos en todo nuestro día a día. Dicho esto, esa afirmación de que el arte es un producto con precios variables ocurre desde el momento (siempre) que existe un mercado secundario, aceptadísimo como es el de las subastas, que todo el mundo lo conoce porque existe en muchísimos otros sectores. Sin embargo, en el primario de las galerías no es volátil, los precios pueden variar muy lentamente pero no son volátiles. 

Segundo, “la estructura del mercado del arte en España es débil”. Sí, como la mayoría de sectores en España, y más ahora. Y siempre comparado con países como UK y EEUU, donde Londres y Nueva York acaparan el grueso del negocio internacional, el resto de países equivalentes en PIB a España no tienen una estructura que digamos muy diferente, quizá hay diferencias pero no son estratosféricas, por lo que esto puede ser a la vez cierto pero algo normal con lo que tenemos que lidiar como tantos otros productos de nicho, así que normalicemos lo que es normal y trabajemos para mejorar. 

Por último, creo que los intereses se entremezclan siempre en cada compra. No conozco a nadie a nivel personal que compre solo por una razón, siempre en mayor o menor medida se compaginan varias, pero como todo en la vida. Normalmente puedes comprar porque te gusta pero nunca quieres tirar el dinero así que te fijas en que ese artista vaya bien y esté bien representado en todos los sentidos. Al revés también, puedes comprar por inversión pero siempre tirarás más a algo que te guste. Incluso para decorar u otras razones que puedan haber, siempre, ante la duda, acudirás a una de las otras razones a la hora de tomar tu decisión final. Al final, también en el arte, hay una manía de decirle a la gente lo que tiene que hacer con su dinero y si una compra es buena o mala, una presión al cliente que nunca me ha gustado y que no es buena. Que cada uno con su dinero ganado de forma honrada haga lo que quiera, y si quiere asesorarse, formarse, etc. para eso estamos nosotros y muchos otros galeristas y asesores. 

PBM: ¿Cuáles son las razones del desequilibrio entre el precio de mercado de una obra de arte y su valor artístico? 

EdR: Volvemos a lo mismo, no hay desequilibrio alguno. Una obra de arte cuesta lo que cuesta por ejemplo un lienzo y 4 pinturas, el resto lo fija el mercado por oferta y demanda igual que en el resto de sectores en el siglo XXI, insisto que no sé a quién le puede extrañar algo así. Dependiendo del trabajo y CV del artista, factores como su representación, exposiciones, premios, colecciones a las que pertenece, críticas, etc. incluso su producción (no es lo mismo hacer dos cuadros al año que 200) pueden influir en el precio final de una obra de arte. Nada diferente, insisto, al resto de sectores con los que tratamos día a día. 

PBM: Vuestro modelo de negocio fomenta el coleccionismo incipiente y apostáis por los artistas jóvenes. ¿Crees que se puede mantener una relación estrecha entre la galería de arte, sus artistas y sus coleccionistas con el sistema actual de ferias internacionales del arte? ¿Dónde os gustaría posicionaros a medio plazo dentro de los mercados internacionales del arte? 

EdR: Nosotros hemos hecho muchos esfuerzos para que así sea. Siempre hemos relacionado a nuestros artistas con nuestros clientes en sus exposiciones, estudios, encuentros, charlas, cenas, ferias, viajes... nos gusta la cercanía y yo personalmente creo que hay que conocer a quién está detrás de cada obra para saber más sobre lo que quieres comprar o sobre el propio artista, su futuro, carrera, etc. Hay otros coleccionistas que no lo ven así y solo les importa la obra que ven, pero en mi caso sí me interesa conocer quién está detrás. No es que lo crea, es que existe no solo en nuestra galería sino en muchas otras. Muchos de los artistas que han empezado con nosotros ahora están en grandes colecciones y han madurado con una profesionalidad de primer nivel, muchos han expuesto ya también en centros u otras galerías importantes y están construyendo una carrera con nosotros que seguro que en unos años será muy reconocida en la mayoría de los casos. Cuando las cosas se hacen bien antes o después los resultados aparecen. Lo mismo en ferias internacionales, etc. lo que sí somos conscientes es de los plazos que se manejan en este sector y que hay que ir pasito a pasito cuidando mucho todo para estar donde queremos estar, que es con los mejores, con las galerías, dealers y profesionales en los que nos fijamos y admiramos. 

PBM: ¿Vuestro trabajo tanto como galerista y como club de coleccionistas de WECOLLECT se encamina en hacer más transparente y democrático los mercados del arte contemporáneo? ¿Cuáles son las resistencias que encontráis? 

EdR: Nos hemos encontrado con más apoyos y puertas abiertas que lo contrario. Creo que lo que hemos hecho y seguimos haciendo se necesita y cuantas más empresas como la nuestra aparezcan mejor para todos. Casi todas las galerías, ferias, asesores, artistas, etc. nos han ayudado en nuestro camino. WE COLLECT no sería lo que es ahora si no fuera por ellos. Las resistencias que nos hemos encontrado son más dificultades lógicas de cualquier sector no muy desarrollado como es el arte y con un tipo de cliente muy concreto y exigente que no pasa por la calle como en una tienda de ropa o un restaurante. Hay que formar, acompañar a la gente y asesorar y esto requiere unos plazos de tiempo muy amplios, pero cuando llegan los resultados merece la pena. 

PBM: ¿Qué instrumentos virtuales estáis desarrollando y con qué objetivos? ¿Cuáles crees qué permanecerán en el medio plazo? 

EdR: Siempre hemos sido muy digitales, desde el inicio, con cursos y galería online, lo que pasa que ahora con esta situación sí le estamos dando más importancia, sobre todo en los meses que se cerró todo y solo tenías eso. Creo que son compatibles, de hecho nosotros hacemos una programación física en la galería y otra online, cosas diferentes, artistas diferentes, proyectos diferentes, precios y tamaños diferentes. Creo que el secreto está más bien en conocer el entorno web y adaptar las propuestas más que trasladar lo que haces offline a lo online. En cualquier caso tampoco ahora es fácil porque hay mucha saturación de todo y hay veces que no se distingue muy bien el polvo de la paja. Lo que sí me interesa mucho es cómo evolucionan las galerías líderes, casas de subastas importantes, curators y revistas internacionales, etc. Me fijo mucho en lo que están haciendo porque son los que fijan las tendencias.