São Paulo, Brasil - El curador con sede en Berlín, Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, ha sido designado como curador de la 36ª Bienal de São Paulo, que regresará al Pavilhão Ciccillo Matarazzo en 2025. Nacido en Yaundé, Camerún, Ndikung es curador, autor y biotecnólogo. Actualmente, se desempeña como director y curador principal del Haus der Kulturen der Welt (HKW) de Berlín, un cargo que comenzó a desempeñar a principios de este año. Previamente, fue director artístico fundador de SAVVY Contemporary en Berlín y director de sonsbeek20->24 en los Países Bajos, así como de dos ediciones de Bamako Encounters – Bienal Africana de Fotografía en Malí. Ndikung obtuvo su doctorado en Biotecnología Médica de la Heinrich-Heine-Universität Düsseldorf/TU Berlin y un posdoctorado en biofísica de la Université de Montpellier, Francia.

«Con sus exposiciones innovadoras, programas públicos y pedagógicos, la Bienal de São Paulo ha logrado llevar el arte a diversas comunidades y grupos demográficos», dijo Ndikung en un comunicado. «La Bienal de São Paulo me parece un sismógrafo que no solo registra los diferentes temblores que el mundo experimenta socioeconómica, geopolíticamente y ambientalmente, sino que también nos brinda las posibilidades de dar forma a un futuro más justo y humanitario para todos los seres animados e inanimados de este planeta.»

Vista de la obra "deposition", 2018 de Daniel de Paula, Marissa Lee Benedict y David Rueter como parte de la 34ª Bienal de São Paulo. Fotografía por Levi Fanan. Imagen cortesía de la Fundação Bienal de São Paulo

En preparación para la próxima exposición, Ndikung se compromete a participar como pedagogo y curador en «Abya Yala en general», un término utilizado para describir las Américas precoloniales. «A pesar de los desafíos que enfrentan las bienales en todo el mundo, siguen siendo importantes barómetros para medir las presiones sociopolíticas del mundo», añade.

Ndikung ha estado involucrado en varios proyectos en Brasil en los últimos años, incluyendo su trabajo como investigador a largo plazo sobre la obra del artista brasileño Abdias Nascimento y como curador de la exposición Um Brasil, Muitas Histórias en el Sesc de São Paulo en 2022. Su proyecto para la Bienal de São Paulo y los miembros de su equipo curatorial se anunciarán más adelante este año.

Críticas por su postura ante el conflicto palestino y el BDS

Ante la noticia, en redes sociales, algunes miembres de la comunidad artística criticaron el nombramiento de Ndikung, recordando que en HKW, la institución a su cargo, hay un silencio absoluto en torno al genocidio palestino mientras que en su programación se habla día con día sobre decolonialidad.

En mayo de 2023, Ndikung enfrentó acusaciones de simpatizar con el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) hacia Israel, a raíz de una publicación en Facebook hecha en 2014 sobre Palestina en la que escribió: «¡Pagarán un millón de veces por cada gota de sangre en GAZA! Palestina será libre... ¡llueva o haga sol!». Tras la polémica, Ndikung emitió un comunicado distanciándose del BDS; las críticas persistieron. Claudia Roth, Comisaria alemana de Cultura y Medios de Comunicación, lo defendió, argumentando que hay que reconocerlo a partir de sus logros artísticos. Aunque expresar apoyo al BDS no es ilegal en Alemania, puede resultar en serias represalias sociales y profesionales, como lo es ser despedido.

Enorme pancarta desplegada en la fachada del Haus der Kulturen der Welt de Berlín por manifestantes desconocides, anunciando una exposición simulada titulada: "Descolonizar Palestina: Cartografías de la complicidad". Imagen vía Twitter/X

Al ser cuestionado sobre ello en una entrevista realizada por The Art Newspaper, Ndikung respondió adoptando una postura más moderada, abogando por el diálogo y la reconciliación «incluso en las situaciones más difíciles» en lugar de la exclusión y el boicot. La respuesta, según las críticas, es hipócrita en relación a los discursos decoloniales que pretende acoger en el museo a su cargo, alineándose así con la política cultural de silenciamiento que el gobierno alemán ha impuesto sistemáticamente en torno al genocidio palestino.

El distanciamiento del boicot y el silencio en torno al genocidio palestino por parte de Ndikung extraña, pues en el pasado, en textos como Defiance in/as Radical Love. Soliciting Friction Zones and Healing Spaces, escrito en 2018, el curador asegura que «la protesta es, en la mayoría de los casos, amor. Y protestar es una expresión de amor radical. A través del arte, el boicot, la desobediencia civil, las marchas, los disturbios, las vigilias u otras formas.» En ese mismo texto propone pensar los conflictos como fricciones, donde el arte y sus espacios pueden desempeñar el papel de zonas de fricción, donde se investigan, negocian y desafían temas complejos de identidad, nacionalismo, relaciones de poder, economía neoliberal y disparidades sociopolíticas, raciales y de clase.

A lo largo de su labor curatorial, Ndikung plantea la importancia de crear espacios donde las personas y la sociedad puedan mostrar sus heridas y reconocerlas mutuamente como un paso crucial hacia la transformación y la curación, sin embargo, su distanciamiento y silencio contrastan con ello particularmente. «¿Puede ser el arte un terreno de ensayo para la política y lo político?»