Actualidad 28 ene de 2025
por REDACCIÓN AI
Felix Gonzalez-Torres, "Untitled (Portrait of Ross in L.A.)", 1991. Caramelos en envoltorios de varios colores (suministro interminable); dimensiones variables. Fotografía por James Franklin
Según las críticas, la instalación, creada como un conmovedor homenaje a la pareja de González-Torres, Ross Laycock, fallecido a causa del SIDA en 1991, ha sido despojada de su contexto relacionado con el VIH y la identidad marica, reduciéndola a una mera curiosidad visual. El Smithsonian y la Fundación Féliz González-Torres contradicen esta aseveración.
Washington D.C., Estados Undios – La exposición Always to Return, dedicada al artista Félix González-Torres en la National Portrait Gallery del Smithsonian Institute en Washington D.C., ha generado una fuerte polémica por omitir el contexto personal y político detrás de su emblemática obra Untitled (Portrait of Ross in L.A.). La instalación, creada en 1991, es un conmovedor homenaje a Ross Laycock, pareja del artista, quien falleció a causa del SIDA ese mismo año. Sin embargo, el museo ha decidido eliminar cualquier referencia explícita al VIH/SIDA y a la identidad marica de González-Torres, despojando a la obra de su profundo significado, según alegan las críticas.
La pieza consiste en una pila de dulces que les visitantes pueden tomar, representando la progresiva disminución del peso de Laycock debido a la enfermedad. El museo, en cambio, ha optado por presentar los dulces en una configuración distinta y ha reducido la explicación de la obra a una mención superficial sobre «175 libras como peso ideal», sin mencionar a Ross ni la crisis del SIDA. Esta decisión ha sido calificada como un acto de «borrado queer» por parte de académicos y activistas, quienes denuncian la descontextualización y banalización de una obra profundamente ligada a la lucha y el duelo de la comunidad LGBTQ+ durante la epidemia.
Ignacio Darnaude, historiador del arte especializado en arte queer, expresó su indignación a través del medio estadounidense OUT al constatar cómo el Smithsonian ha convertido la obra en un «enigma esotérico», privando a les visitantes de comprender su carga emocional y política. Para Darnaude, en lugar de provocar reflexión y empatía, la mediación curatorial reduce la instalación a una curiosidad visual, con personas tomando fotografías de los dulces sin entender su trasfondo.
Darnaude también señaló que este borrado ocurre menos de dos años después de que el Art Institute de Chicago cometiera una transgresión similar, lo que generó una controversia que obligó a la institución a modificar la ficha explicativa de la obra. Además, el académico destacó que esta «reinterpretación» de la obra de González-Torres comenzó en 2017, cuando las galerías David Zwirner y Andrea Rosen asumieron la representación del patrimonio del artista. Según Darnaude, existe un esfuerzo concertado por parte de la Fundación Félix González-Torres, actualmente dirigida por Andrea Rosen, para desvincular su trabajo del SIDA y su identidad marica, bajo el pretexto de preservar la «ambigüedad y multiplicidad de significados».
La teoría más citada para este reposicionamiento es que busca atraer a compradores y museos de élite, históricamente apegados a un régimen político heterosexual y serofóbico. Sin embargo, la realidad es que González-Torres fue muy específico sobre cómo su obra estaba influenciada por la pérdida de Ross, a quien consideraba su principal audiencia. El artista, quien falleció en 1996 a los 38 años a causa de una enfermedad relacionada con el SIDA, dejó un legado que trasciende lo estético para convertirse en un testimonio de amor, duelo y resistencia.
La omisión del Smithsonian llama particularmente la atención en un momento en que la población LGBTQ+ y su cultura enfrentan ataques legislativos y censura en Estados Unidos a propósito del gobierno fascista de Donald Trump, gobierno que ha designado un secretario de salud que niega información científica en torno al VIH y el SIDA. La obra de González-Torres, que es un símbolo de esperanza y resistencia, alegan las críticas, corre el riesgo de ser reducida a una mera curiosidad estética, perdiendo su potencia ético-política y su relevancia histórica.
Hasta ahora, la National Portrait Gallery ha respondido que la exposición proporciona contexto adicional en otras secciones y conecta el trabajo de González-Torres con la historia marica más amplia, mencionando la muerte de su pareja, Ross Laycock, a causa del SIDA. Por su parte, la Fundación Félix González-Torres también negó las acusaciones de eliminación de contexto, enfatizando que la obra del artista posee múltiples capas de significado y que no debe reducirse únicamente a su dimensión autobiográfica. Aunado a ello, recordaron un ensayo escrito por Andrea Rosen en 1997 donde destaca que el artista buscaba que les espectadores reconocieran su propia autoridad al interactuar con sus obras, sugiriendo que la interpretación no debe ser impuesta, sino descubierta por cada individuo.
La comunidad artística y activista continúa exigiendo que el Smithsonian rectifique su enfoque y honre de forma explícita la intención original del artista, recordándonos que el arte no solo es belleza, sino también memoria y resistencia. Este contraste de opiniones subraya la tensión entre la necesidad de proporcionar un contexto histórico y social en la presentación de las obras de González-Torres y el respeto por la ambigüedad intencional que permite la curaduría al darle lugar a múltiples interpretaciones por parte del espectador.
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Nota: Esta noticia fue actualizada el día 30 de enero de 2024 a las 15:00 hrs (CST) a partir de información recibida por parte de la National Portrait Gallery del Smithsonian Institute y la Fundación Félix González-Torres.
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