Lejos del concepto flapship, de grandes y diáfanos espacios o locales a nivel de calle, se hallan ubicadas en pisos o departamentos y, por lo tanto, también muy al contrario de lo que sí sucede con la sedes principales en sus países. O sabes de su existencia o te resultará muy difícil encontralas.

Nos referimos, a los casi secretos espacios en el Upper East Side neoyorquino de las galerías latinoamericanas Henrique Faria (67th St), Nara Roesler (69th St), Mendes Wood DM (66th St), Kurimanzutto (65th St) y Páramo (78th St), quienes, poco a poco, con su llegada escalonada en el tiempo, han generado lo que podría ya considerarse como el nuevo hub galerístico latinoamericano de la gran capital mundial del arte.

La primera en abrir, la galería Henrique Faria, fue establecida en el 2001 por el venezolano Henrique Faria, comenzando su andadura como un cabinet especializado en arte latinoamericano con un interés claro en el arte abstracto geométrico. En el año 2007, este espacio se transforma en galería, apostando por mostrar un arte más conceptual al empezar a trabajar con artistas como los argentinos Marta Minujín y Horacio Zabala, entre otros. Tras haber logrado posicionarse como galería referente en arte latinoamericano en el mercado de arte estadounidense, organizando más de 70 exposiciones entre individuales y colectivas, en el año 2011, Henrique Faria inicia una sociedad en la ciudad de Buenos Aires, dando origen a Henrique Faria | Buenos Aires, dirigida por Paz Lucero y el coleccionista Mauro Herlitzka, quien actúa como socio y figura referencial.

Fundada en 1989 por Nara Roesler, la galería brasileña, que tiene espacios en São Paulo y Río de Janeiro, llegó a Nueva York, en octubre de 2015, convirtiéndose en la primera galería brasileña en tener una sede en Nueva York, contando, en la actualidad, con un espacio con algo más de 100 metros cuadrados. Hasta la fecha, ha organizado 14 exposiciones en Nueva York -4 en 2018, 5 en 2017, y 5 en 2016-, entre ellas, las primeras individuales en la ciudad de los brasileños Laura Vinci, Bruno Dunley y Cao Guimarães o la presentación de trabajos del argentino León Ferrari tras el anuncio de la representación internacional de su Estate.

Mendes Wood DM fue fundada en 2010 por los socios Felipe Dmab, Matthew Wood y Pedro Mendes. En marzo de 2017, inauguró su espacio en Nueva York con una serie de exposiciones duales de brasileños y extranjeros, incluyendo artistas como Lucas Arruda y On Kawara, Sonia Gomes y A.R. Penck. Hasta el momento han sido siete las exposiciones programadas -3 en 2018 y 4 en 2017-. En el mismo año, Mendes Wood DM amplió su presencia europea con una nueva galería en Bruselas fundada en asociación con su amiga y colaboradora de mucho tiempo, Carolyn H. Drake.

Impulsada en 1999 por Mónica Manzutto y José Kuri, la galería Kurimanzutto empezó sin tener un espacio fijo de exposición. Desde 2008, las instalaciones se encuentran en la colonia San Miguel Chapultepec, de Ciudad de México. En mayo de 2018 se produjo la apertura de su nuevo espacio de proyectos en Nueva York con una instalación del artista mexicano Abraham Cruzvillegas. Por el momento, es la única exposición en la gran manzana.

Y Páramo se fundó en 2012 en Guadalajara, México. En 2017, bajo la dirección ejecutiva de Alexandra Garcia Waldman, exdirectora artística de Mendes Wood DM - Nueva York, Páramo se expandió a la ciudad de Nueva York a un espacio visitable solo con cita previa. Para la puesta de largo organizaron una muestra colectiva con obras del estadounidense Eamon Ore-Giron, el dúo franco-argentino Guillermo Faivovich & Nicolás Goldberg, el mexicano Francisco Toledo y la israleí Naama Tsabar. Esta última ha protagonizado la segunda exposición organizada en suelo neoyorquino.

Con su localización y modelo de espacio, las cinco parecen dejar claro que su interés se centra en atraer un tipo de público o clientela, que podríamos definir como más 'clásico y conservador', que privilegia el anonimato y huye de las multitudinarias inauguraciones, por tanto, muy distinto al modelo y tipo de público que acude en masa a las galerías de Chelsea, una de las zona de moda y de residencia de los jóvenes ricos neoyorquinos, donde se concentran los grandes espacios de poderosas e influyentes galerías como David Zwirner o Gagosian, entre otras.