Como cada dos años, y ya van diecisiete ediciones, llega la Bienal de Fotografía, un evento organizado por el Centro de la Imagen (Ciudad de México), dirigido por Itala Schmelz, que se ha convertido, desde su reactivación en la década de los noventa en "un pulso para conformar un mapa, uno de los tantos de la producción visual en el país", según sus organizadores.

En esta ocasión, la exposición de la XVII Bienal de Fotografía, titulada "Anacronismo de las imágenes: Documentos y recuperaciones", reúne, bajo la curadoría de Amanda de la Garza e Noé Irving Domínguez, la obra de 49 artistas y fotógrafos con aproximaciones muy diversas al trabajo con imágenes, que buscan revisar el presente de la fotografía en México.

Entre los artistas participantes estarán, la ganadora de la XVII edición, Sofía Ayarzagoitia (Monterrey, 1987) por su serie 'Every night temo ser el dinner', el segundo premiado, Diego Berruecos (Ciudad de México, 1979) por su serie '26 Used to be Galosine Stations in Mexico', que pasan al acervo fotográfico del Centro de la Imagen, así como los 11 artistas con menciones honoríficas: Abigail Marmolejo, Adrian Regnier Chávez, Bela Limenes, Bruno Ruiz, Isolina Peralta, Jota Izquierdo, Marcela Rico González, Mauricio Palos, Nahatan Navarro, Pavka Segura y Víctor Manuel Sulser López.

Todos ellos, más el resto de participantes en la exposición, han sido seleccionados por un jurado integrado por reconocidos profesionales, entre los que, además de los curadores de la muestra, están Patricia Elena Mendoza, directora de Suluz; el artista Yoshua Okón y la fotógrafa Yvonne Venegas.

En esta Bienal se pueden ver "proyectos fotográficos que van desde la documentación periodística hasta la apropiación de imágenes de archivo, y de técnicas de impresión análogas heredadas del siglo XIX hasta el uso de los medios electrónicos y las redes digitales como soporte de la imagen actual, la XVII Bienal de Fotografía presenta un inquietante retrato de México", según explica Itala Schemelz en el texto curatorial.

Además, la directora del Centro de la Imagen, cita en él algunos claros ejemplos como "el trabajo de Adam Wiseman con los habitantes de uno de los edificios del multifamiliar Tlatelolco en la Ciudad de México; el Colectivo Estética Unisex analizando gestualmente el archivo fotográfico de la industria metalúrgica de Monterrey, Rodrigo Alcocer desustanciando las imágenes que descarga de la web, la propuesta de Omar Vega Macotela, que asocia la cámara con la escopeta y la imagen fotográfica con la alquimia, que hace posible transformar sangre de venado (presa/víctima) y balas (cazador/asesino/fotógrafo) en material de impresión,  Jota Izquierdo sigue la historia de un inmigrante africano radicado en España, que gracias a los likes a sus videos en YouTube y a sus memes, pasa de la marginalidad a convertirse en un famoso rapero, o la experimentada fotógrafa Lourdes Grobet poniendo su ojo mecánico en los chips de dispositivos móviles, a los que ha llamado ADN tecnológico", entre otros.

Por su parte, Amanda de la Garza e Irving Domínguez, comentan que esta nueva edición de la bienal no hace sino "confirmar que hace tiempo que la fotografía en México ya no se piensa en términos estrictamente bidimensionales, hay una búsqueda por experimentar con otros lenguajes y dispositivos. Asistimos a un momento en el que la fotografía se ha desbordado, resulta entonces necesario generar herramientas para repensar sus múltiples desplazamientos".

No cabe duda alguna de que la Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen es una oportunidad única para revisar el escenario actual de la fotografía en México.