La situación de emergencia ecológica que vive nuestro planeta ha encontrado su resonancia creativa en la práctica artística iberoamericana actual, como dejan claro las distintas propuestas llevadas a cabo por una docena de artistas nacidas desde los años cincuenta hasta finales de la década de los ochenta.
A través de las diversas practicas artísticas ecofeministas, que emergieron a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde, se establece una clara conexión entre la explotación y la degradación del mundo natural y la subordinación y la opresión de las mujeres.
En la entrevista que nos concedió Manuel Olveira, director del Musac de León, con motivo del reciente proyecto informativo colaborativo #pensandoelfuturo / #pensandonofuturo, comentaba: "Cada persona y cada institución habrá de buscar su manera, pero muchas de las soluciones habrán de venir de la mano de la ecología y el feminismo que implican necesariamente modos de hacer más responsables, justos, redistributivos y sustentables tales como los presentados en la exposición "Hybris", comisariada por Blanca de la Torre y producida por MUSAC en 2017".
Si bien el ecofeminismo emerge a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde y si bien los contextos políticos e intelectuales del arte ecofeminista han cambiado drásticamente a lo largo de los años (de la Guerra Fría a mediados de los 70 a un planeta sobrecalentado desde comienzos del S.XXI), una constante es la forma en que las artistas se inspiran en las culturas tradicionales e indígenas en busca de alternativas al paradigma capitalista.
Entre sus grandes pioneras iberoamericanas están la tempranamente fallecida artista cubana Ana Mendieta (La Habana, 1948 - Nueva York, 1985), la española Fina Miralles (Sabadell, 1950) o la chilena Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948).
En el caso concreto de las dos primeras cabe señalar su afinidad, por ejemplo, a través de una serie de acciones en torno a la temática del árbol de la vida o el binomio Mujer-Árbol, en donde incorporan su propio cuerpo en obras sobre la tierra, creando un repertorio formal en el que se han inspirado las generaciones posteriores de artistas, caso de la guatemalteca Regina José Galindo (Ciudad de Guatemala, 1974).
Antes de dar paso a otras ocho artistas ecofeministas e invitarles a conocer muchas más pinchando aquí, la certera conclusión de la también artista visual y profesora Àngels Viladomiu en un artículo de 2011 sobre la emblemática acción 'Dona-Arbre' (1973) de la referida artista pionera del arte conceptual catalán Fina Miralles que, tras casi una década, sigue siendo igual de válida: "En este contexto Dona–arbre apuntaba cuestiones de gran relevancia, que en su momento pasaron diluidas por los discursos políticos y la situación del país; pero quizás en nuestros días cobran gran vigencia mediante una determinada reivindicación social-ecológica próxima al creciente pensamiento ecofeminista".
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