El gobierno autonómico gallego ha optado por hacer suyo e impulsar el megaproyecto, heredado del gobierno popular anterior, de la Cidade da Cultura, que desde 2001 se está levantando con un presupuesto global de 388 M. de Euros, en el Monte Gaiás, de Santiago de Compostela. En los últimos días del año el proyecto, ya reformulado, fue presentado al Parlamento gallego por la consejera de Cultura, Ánxela Bugallo. Horas antes, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño evidenciaba su confianza en el mismo, al que comparaba con la catedral de Santiago, el centro Pompidou de París, la Tate Gallerie de Londres o el Guguenheim de Bilbao. El objetivo final es convertirlo en un icono visual de la Galicia del siglo XXI, buscando situarlo entre las 10 mayores infraestructuras culturales del mundo y atraer 800.000 visitantes anuales.

El complejo, que seguirá bajo la dirección del arquitecto Peter Eisenman, se articulará, ahora, en torno a tres unidades temáticas, con dos edificios cada una, vinculadas a documentación (Biblioteca-Hemeroteca y el Archivo Nacional de Galicia), patrimonio (Centro de Ciencias de Conservación e Investigación del Patrimonio y el Museo de Historia de Galicia) y creación-exhibición (Centro de Arte Internacional y el Espacio Obradoiro). Su finalización está prevista entre 2009, cuando se abrirán los 4 edificios actualmente más avanzados, y 2012, con la apertura de los dos edificios ahora paralizados (Centro de Arte Internacional y Espacio Obradoiro), cuya construcción se retomará en abril de 2007. Será gestionado por una red de fundaciones, lideradas por Fundación Cidade da Cultura de Galicia.

El nuevo esquema trazado para el Monte Gaiás crea, como novedades, un Centro de Ciencias de Conservación e Investigación del Patrimonio -demandado por el Museo do Pobo Galego- y un Centro de Arte Internacional -defendido desde el Ayuntamiento de Santiago-. Los principales edificios serán, ahora, los de la Biblioteca-Hemeroteca -antes, también, Biblioteca y edificio ya acabado-, con un coste de 47,6 M. de Euros y que funcionará como cabecera del sistema bibliotecario gallego; el Archivo Nacional de Galicia -se alza sobre el edificio de la antigua Hemeroteca-, que tendrá un coste de 31,9 M. de Euros y coordinará todos los archivos gallegos; el Centro de Ciencias de Conservación e Investigación del Patrimonio, a erigir sobre en anterior Edificio de Servicios, costará 20,6 M. de Euros, mientras el Museo de Historia de Galicia, que respeta el proyecto inicial, tiene un coste de 30,2 M. de Euros y será el escaparate del patrimonio histórico y cultural gallego; el Centro de Arte Internacional -antes Nuevas Tecnologías- costará 49,6 M. de Euros y ofrecerá exposiciones temporales; y, finalmente, el Espacio Obradoiro -creado sobre el antíguo Teatro da Música- albergará varios escenarios y un centro de recursos para la creación artística con un coste de 83,1 M. de Euros.

El proyecto básico para la construcción del complejo en el Monte Gaiás, formulado en 2000, preveía una superficie construida de 75.000 metros cuadrados, ocupados por los edificios de la Biblioteca y Hemeroteca de Galicia; el Museo de la Historia de Galicia, el Edificio de Nuevas Tecnologías, el Teatro de la Música, los Servicios Centrales y Administrativos y el Bosque de Galicia, a los que se sumaron las Torres Hejduk. La reformulación que plantea el bipartito respeta los usos de las Torres Hejduk, la Biblioteca-Hemeroteca en un único edificio y el Museo de la Historia de Galicia, pero cambia la denominación y uso de otros edificios, introduciendo algunas de las recomendaciones hechas por expertos, como por ejemplo el crear un Centro de Ciencias de Conservación e Investigación del Patrimonio y un Centro de Arte Internacional.

Precisamente, sobre el Centro de Arte Internacional se recalcó que albergará de forma continua exposiciones temporales de instituciones de reconocido prestigio internacional, combinando arte moderno y contemporáneo con otras disciplinas y temáticas, como la moda o el diseño. El complejo albergará también un centro lúdico-educativo dirigido a los niños entre 3 y 12 años, para trabajar en educación en valores. Y, finamente, no hay referencias al Bosque de Galicia, que podría desaparecer como tal.