No solo acomete unos de los proyectos de mecenazgo artístico más sobresalientes dentro del sector vitivinícola español, sino que se trata también de uno de los más destacados a nivel nacional por sus amplias miras, alto nivel de implicación y gran originalidad. 

Estamos hablando de la Bodega Otazu, que, a través de su Fundación Otazu, ambas ubicadas en el Señorío de Otazu, en el municipio navarro de Etxauri, y bajo la dirección del Ingeniero de Telecomunicaciones Guillermo Penso, "tiene como objetivo crear espacios de conexión entre la industria y el arte".

Y es que como también destaca Penso: "todos los proyectos de vino que desarrollamos tienen una fuerte relación con el mundo artístico". 

De su labor de mecenazgo en pro del arte versa la entrevista que puede leer a continuación.

ARTEINFORMADO (AI): ¿Desde cuándo y por qué apuesta su organización por el arte y la cultura española? 

Guillermo Penso (GP): El arte ha sido un elemento que ha estado siempre presente en el proyecto industrial desde la apertura oficial de Bodega Otazu en 1998. Otazu más que un viñedo, es un proyecto cultural ubicado en una finca milenaria y dedicada a generar experiencias. En este sentido siempre hemos entendido que el vino, la historia y el arte son todas manifestaciones culturales y por tanto piezas claves para crear experiencias sensoriales singulares. 

Cortesía de Bodega Otazu

AI: ¿Qué tipo de iniciativas apoya? ¿Cuál/es destacaría? ¿Están abiertos a involucrarse en otras nuevas? 

GP: Además de la Fundación Otazu, que tiene como objetivo crear espacios de conexión entre la industria y el arte, todos los proyectos de vino que desarrollamos tienen una fuerte relación con el mundo artístico. Estos proyectos van desde la adaptación a etiquetas de piezas que ya estaban presentes en la colección (como es el caso de la escultura 'Ariadna' de Manolo Valdés para la gama Otazu o los 'Guardianes' de Xavier Mascaró para la gama Pago de Otazu) hay una serie de proyectos que han sido desarrollados en conjunto con artistas. Probablemente los dos más destacables son el Vino Genios de Otazu en el cuál cada año se invita a un artista diferente para que se involucre no sólo en todo el proceso creativo del vino desde su vendimia manual hasta su ensamblaje final, sino además debe reinterpretar una barrica de vino para generar una pieza para la fundación que luego sirva de inspiración para la caja y la etiqueta de ese vino. El otro proyecto destacable es el Vino Vitral de Otazu, vino icónico de la bodega, para el cual contamos con la participación del maestro venezolano Carlos Cruz-Diez (recientemente fallecido) quien diseño 30 cromointerferencias distintas de tal manera que con cada nueva añada el vino lucirá una obra diferente tanto en la botella como en su empaque que puede ser cajas de 1 o de 3 botellas. Lo singular de este proyecto es que ambos empaques son fragmentos de una pieza mayor concebida a 30 años vista y que, una vez terminada, cierra la etapa tanto del vitral como de la carrera artística del maestro. Es un proyecto que empieza con la añada 2013 y termina en el 2042. 

Cortesía de Bodega Otazu

AI: ¿Cómo han sido sus relaciones con los agentes del ámbito artístico-cultural con los que han colaborado? ¿Podría sugerirnos algún caso de éxito o algún área de mejora que, en su opinión, propiciaría mayores y mejores colaboraciones entre empresa y cultura? 

GP: En nuestro caso las relaciones con otros agentes ha sido una colaboración natural debido a nuestra pasión por el mundo del arte no solo como coleccionistas, sino sobre todo a nivel institucional participando en diversos patronatos de museos importantes (como el Consejo Internacional de Mecenazgo de la Fundación Museo Reina Sofía). Vivimos en un mundo en donde abundan productos y escasean proyectos y experiencias. Nuestro enfoque siempre ha sido en generar experiencias y cultura, este hecho ha facilitado mucho la tarea de acercarnos a artistas. Más aún, proponer colaboraciones en las cuales se desarrollen proyectos novedosos y con sentido siempre es más atractivo que simplemente generar proyectos. 

AI: ¿Qué retorno obtiene su empresa del patrocinio artístico-cultural? ¿Cómo se integran estas actividades entre las herramientas de comunicación y/o reputación corporativa? 

GP: La labor de mecenazgo tiene retornos intangibles a largo plazo. En este sentido muchas empresas creo que optan por vincularse al mundo del arte buscando precisamente esos retornos inmediatos para su actividad. Esta mentalidad creo que es un error muy común que lleva a que tanto la integración del arte sea por lo general mediocre como al retorno esperado que, precisamente, por la falta de profundidad en las propuestas, se suelen quedar bastante cortos. 

Cortesía de Bodega Otazu

AI:  ¿Cuentan con un departamento para la gestión de sus actividades de patrocinio y mecenazgo? ¿Desde cuándo? Si aún no lo tienen, ¿contemplan desarrollarlo? 

GP: En el caso de Otazu anualmente desarrollamos un gran evento para dar apertura a ARCOmadrid en el cuál se presentan las actividades culturas de la fundación, los nuevos proyectos relacionados con el vino, performance de artistas, muestras curadas de la colección. Para poder desarrollar todas estas iniciativas contamos con un departamento de 5 personas que se dedican todo el año a preparar las diferentes actividades.