Mercado 09 ene de 2025
por REDACCIÓN AI
Art Basel Paris 2024
Esta normativa representa una oportunidad histórica para que los países reduzcan la carga fiscal sobre el sector artístico, fomentando su competitividad y accesibilidad. Sin embargo, la implementación de esta medida ha sido dispar en el continente, generando un panorama de contrastes en el que algunos países avanzan hacia tasas más favorables mientras otros enfrentan retos políticos y económicos para adoptarlas.
Unión Europea – El mercado del arte europeo está en plena transformación tras la entrada en vigor de la Directiva 2022/542 de la Unión Europea, destinada a armonizar los tipos de IVA en los Estados miembros. Esta nueva normativa permite que los países reduzcan el IVA en ventas de obras de arte, antigüedades y objetos de colección a un mínimo del 5%. Sin embargo, la aplicación ha sido desigual: mientras países como Francia y Alemania ya han adoptado medidas favorables, otros, como Italia y Bélgica, enfrentan retos y debates internos sobre cómo proceder.
En el caso de Francia, la implementación de un IVA reducido al 5,5% ha consolidado su posición como líder del mercado artístico europeo, especialmente tras el Brexit. Francia representa más del 50% de las ventas de arte en la Unión Europea y entre el 6% y el 9% de las subastas globales. Este cambio ha beneficiado tanto a galerías como a instituciones culturales, al simplificar un sistema antes complejo y atraer a compradores internacionales. Alemania, por su parte, ha revertido su tasa al 7%, un nivel previo a 2014, lo que también ha fortalecido su mercado.
En contraste, países como Italia y Bélgica están rezagados. Italia mantiene un sistema impositivo que desincentiva el comercio artístico, con un IVA estándar del 22% y un sistema de márgenes que genera incertidumbre. En Bélgica, donde se ha planteado un posible aumento al 21%, el mercado podría enfrentar una fuga de galerías y artistas hacia países vecinos con regímenes fiscales más competitivos.
España: Entre el estancamiento y la oportunidad
La administración de Ernest Urtasun, ministro de Cultura, no cumplió su promesa de rebajar el IVA para galerías hecha en marzo de 2024. De acuerdo con un documento de la Agencia Tributaria, para 2025, pagarán 10% de IVA exposiciones y ferias de caracter comercial, importaciones de objetos de arte, antigüedades y objetos de colección, así como la entrega o adquisiciones intracomunitarias de objetos de arte cuyo proveedors sea el autor o derechohabiente o empresarios no revendedores con derecho a deducir, algo que sucede desde 2014.
Esto quiere decir que la galería que venda directamente la obra del artista en nombre de la galería y, por lo tanto, tenga que pagar al artista por esa obra en los términos que hayan acordado, estará sujeta al artículo 135 del Régimen Especial de los Bienes Usados, Antigüedades, Obras de Arte y Objetos de Colección, siendo ese IVA del 21%. Esta situación mantiene la preocupación entre galeristas y artistas, quienes ven una oportunidad desaprovechada para revitalizar un mercado afectado por años de altas tasas impositivas.
La historia del IVA en España refleja los desafíos del sector. En 2012, el aumento del IVA al 21% tuvo un impacto devastador, especialmente para las galerías, que siguen enfrentando esta alta carga impositiva que ha perpetuado un sistema desigual y poco competitivo.
Adoptar un IVA reducido del 5% o 10% podría transformar el mercado español, atrayendo a más coleccionistas y fomentando el dinamismo del sector. Según expertos, como el Consorcio de Galerías, una medida así no solo facilitaría el acceso al arte a públicos más amplios, sino que también impulsaría el empleo y la apertura de nuevas galerías, posicionando a España como un actor más relevante en el circuito global.
Un mercado europeo desigual
La disparidad en las tasas de IVA entre los países europeos plantea riesgos de competencia desleal y desplazamiento de mercados. Los países con tasas reducidas se han convertido en destinos más atractivos para coleccionistas e inversores, mientras que aquellos con tasas más altas enfrentan desafíos para retener talentos y galerías. Esto afecta no solo a la venta de arte, sino también a la organización de ferias internacionales, donde las diferencias de IVA pueden ser decisivas para atraer participantes y compradores.
La armonización fiscal propuesta por la UE es vista por muchos como un paso necesario para nivelar el campo de juego. Sin embargo, las decisiones individuales de cada país seguirán moldeando el panorama artístico europeo. España, Italia y Bélgica tienen en sus manos la oportunidad de adaptar sus regímenes fiscales para no quedar rezagados en un mercado cada vez más competitivo.
La Directiva 2022/542 no solo redefine el marco impositivo para el arte en Europa, sino que también subraya la importancia de valorar la cultura como un motor económico y social. Encontrar el equilibrio entre fiscalidad y promoción cultural será clave para el futuro del arte en el continente.
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