Pablo Barrios Martínez (PBM): ¿Cuál es el origen y la motivación de este espacio artístico? ¿Cuál es vuestra visión y estrategia a largo plazo como galería de arte? 

Raymaluz González (RG): En 2008, en plena crisis, decidí abrir este espacio como galería de arte y me enfoqué en trabajar con artistas cubanos emergentes. En aquel entonces irrumpía en el escenario contemporáneo latinoamericano el trabajo de jóvenes cubanos como Michel Pérez Pollo, Alejandro Campins y Niels Reyes y me pareció muy pertinente acompañarlos en sus primeros pasos. Diez años después me trasladé temporalmente a Chile, por motivos personales. A pesar de no desvincularme del mundo del arte, me vi obligada a poner en pausa mi proyecto personal.

Ahora, con las nuevas dinámicas que mueven al arte, tras la crisis sanitaria del COVID-19, he decidido avivarlo y apostar por un nuevo tipo de espacio: un equipo curatorial. El inmueble en que otrora estuviera mi galería, ahora, además de ser nuestra sede, es uno de nuestros recursos más importantes de nuestro trabajo. Nuestra visión es re-inventar el concepto original de galería de arte a partir del fomento de la colaboración. Nuestra estrategia es ofrecer un servicio integral de curaduría, diseño y gestión de proyectos artísticos que sirva de apoyo a artistas, curadores, galeristas e instituciones, en especial, aquellos que viven fuera de Madrid. Y para ello estamos presentando a nuestros clientes un nuevo tipo de evento, que se ha popularizado en los últimos años en el campo creativo, que es el Pop Up. 

Nuestro equipo de trabajo es pequeño: Luis Sicre y yo nos encargamos de la curaduría y la gestión de proyectos, Gabriela González del diseño gráfico. Esos son campos específicos que solemos cubrir por separado. Pero en verdad, todo se resuelve entre los tres. La opinión y el apoyo entre los tres nos posibilita hacer más efectivos nuestros procesos de trabajo. 

Vista del espacio plusartis. Cortesía de plusartis

PBM: En vuestra opinión, ¿está agotado el modelo tradicional de galería de arte? ¿Cuáles son las funciones de una galería de arte? 

RG: Con el impacto del COVID-19 sobre el mundo del arte se ciñeron muchas interrogantes. Se especuló con un cambio radical de sus dinámicas. Y ese espíritu de incertidumbre lanzó a muchos galeristas europeos a renovar el enfoque de sus espacios. El posicionamiento en la web y en las redes sociales ha sido una de las alternativas más populares. Y ha funcionado. Eso ha acelerado un proceso que ya venía en camino: la desterritorialización de las galerías de arte. Antes era común que una galería de arte, para acceder a mercados novedosos, abriera sedes en varias capitales del mundo: París, New York, Roma, Berlín, Hong Kong, por ejemplo, se convirtieron en nudos importantísimos para el mundo del arte. Tendencia que legitimaban sin mucho contratiempo las ferias de arte. Tenemos el ejemplo de Art Basel y su impacto sistemático en el mercado estadounidense, europeo y asiático. Pero ahora la tendencia es otra: convertir a la página web en la médula de la galería de arte y, en dependencia de la estrategia de negocios trazada, producir presentaciones temporales -entre 2 o tres meses de duración por lo general- en distintas ciudades del mundo. Así se abaratan muchísimo los costes, se diversifica el mercado, se exploran nuevas posibilidades y, lo más importante, se fortalecen las conexiones con clientes e instituciones. Es una manera muy sostenible de globalizar el trabajo de una galería de arte. Y el modelo del Pop Up es la mejor alternativa para lograrlo. 

En nuestros días el rol de una galería de arte es muy importante, por su capacidad legitimadora. Pero no debemos desvariar: los artistas cada vez se hacen más fuertes y visibles gracias a los nuevos medios, el estudio o taller del artista frecuentemente sustituye a la galería como espacio comercial y muchas veces son los artistas los que mantienen el status de sus galerías, al proveerles la energía, la promoción y los contactos que necesita para mantenerse viva. Además de esto, ha aumentado también el rol de las instituciones culturales y los museos como intermediarios de opinión antes coleccionistas. En un ambiente como éste las galerías están llamadas a renovar sus estrategias y reformular el compromiso con el artista. Y me parece que el secreto para lograrlo es favorecer la colaboración en todos los ámbitos creativos, apoyar cada vez más a los artistas en sus talleres y apostar por un concepto de “proyecto artístico” más flexible, más atrevido. Y la curaduría de arte es justamente la herramienta más útil en esa labor de transformación que se avecina. 

PBM: ¿Vuestros servicios a quiénes van dirigidos? ¿Cómo acompañáis vuestros clientes en el desarrollo de los eventos y de las exposiciones? 

RG: Nuestros servicios van dirigidos primeramente a instituciones culturales, galeristas y curadores de arte. En especial, a aquellos que no tiene su sede en Madrid. Nosotros le proponemos un servicio integral para que puedan presentar sus proyectos en nuestra ciudad, que como bien sabes, en los últimos años se ha convertido en un centro de especial interés artístico. En segundo lugar, va dirigido a los artistas. En cualquiera de los dos casos ofrecemos todas las herramientas necesarias para presentar un proyecto artístico -no únicamente una exposición de arte tradicional-. Lo provechoso de que trabajemos con el concepto de Pop Up es que logramos desbordar el sentido tradicional de una exposición de arte. Que podamos hacer un Open Studio, una intervención urbana, una conferencia, un evento de intercambio, cualquier tipo de evento. Que podamos hacer un tipo de evento que se ajuste sin contratiempos a las necesidades del cliente. 

Nuestra manera de acompañar al cliente durante el proceso de trabajo es intensiva. Estamos preparados para asumir la curaduría del proyecto, diseñar toda la gráfica y la publicidad que se necesitará, organizar el marketing, montar, enmarcar, construir, instalar; y luego también, documentar todos los procesos, en vídeo y en fotografía. También nos encargamos de crear una red de contactos que facilite la debida promoción y/o comercialización de las obras en el circuito madrileño, entre muchas otras cosas. Todo depende de las necesidades del cliente. A lo cual nos ajustamos enteramente. Pretendemos ser una extensión del equipo de trabajo habitual de nuestro cliente. Un ejemplo, si tienes una galería en Brasil y te apetece hacer una exposición en Madrid por una pequeña temporada, y contratas a nuestro equipo nosotros te facilitaríamos las cosas a tal punto que solo tendrías que preocuparte por el envío de las obras a España, en el caso necesario. Seríamos el complemento ideal para tu board, ni más ni menos. 

PBM: ¿Por qué vuestro modelo de negocio es innovador? ¿Cómo modifica las barreras económicas, institucionales e internacionales de acceso a los mercados internacionales del arte? 

RG: Nuestro modelo de negocio, ahora mismo es alternativo, aunque no somos los primeros ni los únicos en arriesgarnos por esta idea. Pero es alternativo justo porque se basa en la propuesta de alternativas creativas. Lo innovador en este sentido es el uso que hacemos de nuestra colaboración: somos un apoyo muy fuerte para curadores, galeristas, artistas e instituciones, y no generamos o forzamos compromisos de ninguna naturaleza. Es una colaboración muy provechosa para los clientes porque su nombre e imagen prevalecen siempre, tienen total control de los procesos creativos y libertad comercial absoluta. En momentos como estos que vivimos esta manera de trabajar es realmente innovadora: nosotros somos una herramienta -más bien, todas las herramientas juntas-, un puente, una oportunidad.  

No está en nuestras manos modificar las barreras existentes. El mundo del arte funciona y nosotros somos producto suyo también. Más bien lo que hacemos es colaborar con el devenir de los procesos y con el trabajo de las instituciones que conforman el mundo del arte. 

PBM: ¿Cuál es vuestra programación cultural y artística en el corto plazo? ¿Cuál es vuestra imbricación e impacto dentro del tejido artístico, cultural, urbano e institucional de la ciudad de Madrid?

RG: Recientemente produjimos una exposición de la joven artista cubana Yanelis Mora Morales. Durante el próximo mes colaboraremos con una importante galería suiza. Más adelante, en julio, inauguraremos una exposición del joven artista Abdul Vas. Para septiembre y octubre nos esperan dos proyectos muy interesantes, con Niels Reyes y Kmilo Morales. Estos proyectos que te comento ocurrirán en nuestro espacio, ubicado en San Lorenzo 3, Madrid. Pero también estamos trabajando en un grupo de proyectos fuera de éste. Pronto realizaremos una serie de conferencias con artistas emergentes madrileños. Ahora estamos gestionando la producción de una intervención arquitectónica con Michel Pérez Pollo y algunos proyectos de arte urbano con el joven español Spidertag.

Hemos empezado en febrero, hace poco tiempo. Nuestra imbricación en el tejido institucional artístico madrileño ha sido excelente, por la naturaleza misma de nuestro proyecto. No somos una competencia, en ningún sentido. Somos un apoyo, un vínculo, un motor de ideas, un catalizador de procesos creativos, una herramienta. Y eso nos permite trazar buenas conexiones con el mundo del arte.