La comisaria española Nuria Enguita (Madrid, 1967), directora de la Fundació Per Amor a l'Art - Centro de Arte Bombas Gens, de Valencia, que acaba de ser premiada por la Fundación ARCO con uno de los Premios ''A'' al Coleccionismo 2018, es una de l@s comisir@s invitad@s a impartir clases en el nuevo Máster en Estudios de Comisariado del Museo Universidad de Navarra, primer máster oficial que hay en España con esta temática y que arrancará el próximo mes de octubre.

Enguita, que ha trabajado "mucho en la institución", desde sus inicios en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) en 1991, es una defensora convencida de la imperiosa necesidad de "más políticas públicas para la cultura y el arte" y para ello cree firmemente en que "hay que buscar modos de colaboración entre lo privado y lo público, que sirvan para elaborar políticas públicas de calidad en nuestro país". A continuación sus respuestas completas.

ARTEINFORMADO (AI): ¿Cómo definiría la función de comisario de exposiciones en el momento actual? 

Nuria Enguita (NE): Creo que  el comisariado es un acompañamiento, una mediación, una conversación; con el artista, con la institución, con los públicos. Más que nunca es fundamental trabajar de una forma abierta, colaborativa y dialógica. Una de sus funciones fundamentales es elaborar un discurso crítico a partir de una idea o del trabajo de un artista para potenciar los diferentes significados del arte. La exposición muestra un trabajo creativo y como tal el público lo recibe y puede hacerlo suyo, disfrutando, aprendiendo, planteando preguntas.

AI: ¿Por qué se hizo comisaria? ¿Fue buscado o casualidad?

NE: Comencé a trabajar en el IVAM en el año 1991 cuando casi no existía la palabra en nuestro país. Fue una oportunidad magnífica, trabajé con excelentes profesionales y no lo pensé demasiado. Yo iba para carrera académica pero cuando entré en el museo encontré un mundo nuevo.

AI:  ¿Cómo son de importantes las relaciones con otros colegas? ¿Podría indicarnos algún/a comisario/a actual al que considere referente?

NE: Tengo muchos y muy buenos colegas, ahora vuelvo a trabajar con Vicente Todolí con quien empecé hace más de veinte años. Un referente indiscutible ha sido Catherine David, por su capacidad de análisis de los contextos y por su acercamiento a los artistas desde una sensibilidad e inteligencia muy refinadas. Laurence Rassel, Pablo Lafuente o Pedro G. Romero son otras personas a las que me siento muy cercana, con las que trabajo a menudo y de las que aprendo continuamente.

AI: ¿De qué proyecto curatorial realizado se siente más satisfecha? ¿Por qué?

NE: No podría elegir un proyecto aislado. He trabajado mucho en la institución y me interesa programar a largo plazo: proyectos, exposiciones y actividades cobran sentido en relación. Ahora mismo estoy muy satisfecha de la coherencia en la programación de Bombas Gens. Nuestro programa se centra en una magnífica colección, La Colección Per Amor a l'Art y a partir de ella estamos definiendo exposiciones y trabajando actividades desde la danza, el sonido, la palabra o la imagen. Estamos haciendo talleres y laboratorios con artistas. Trabajamos con grupos de lectura y grupos de vecinas y vecinos del barrio. La obra artística se despliega de múltiples maneras y sus significados resuenan en la vida.

AI: ¿Qué le convenció del nuevo proyecto Bombas Gens Centre d'Art de Valencia para apostar por él?

NE: Es un proyecto con un potencial enorme. Por el compromiso de los impulsores, José Luis Soler y Susana Lloret, por la colección, bajo la asesoría de Todolí, por el bellísimo edificio que alberga la sede de la Fundación y el centro de arte y por las posibilidades de desarrollar, por fin, un proyecto artístico de gran calado en Valencia, trabajando en colaboración con grandes profesionales, empezando por el magnífico equipo de la Fundación.

AI: ¿La iniciativa privada viene a sustituir la falta de impulso de lo público tras la grave crisis económica en el país?

NE: Yo siempre pienso que lo que nos ha pasado, lo que hemos pasado, no es una crisis, sino un cambio de paradigma. Y también pienso que la falta de inversión no es un problema de la crisis sino de prioridades políticas, basadas en unas formas de gobernanza a las que en el fondo, y aunque suene muy duro, no les interesa una población demasiado formada. Soy de las que pienso que son necesarias más políticas públicas para la cultura y el arte frente a los que abogan por su desaparición. Más que una sustitución de lo público por lo privado, lo que sí me parece muy relevante es un despertar del compromiso privado por la cultura y el arte en nuestro país, y sin Ley de Mecenazgo… Hay que buscar modos de colaboración entre ambos mundos, lo privado y lo público, que sirvan para elaborar políticas públicas de calidad en nuestro país.