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Por segunda vez expone Fernando José Pereira (Oporto, 1961) en galería adhoc. En su exposición todo lo que pueda desertar se muestra su más reciente trabajo, realizado durante su última residencia en el centro de artes visuales Skaftfell en Islandia, y comprende entre otras obras, una interesante serie de dibujos en grafito y el vídeo The man who wanted to collect Time.

Los dibujos que ahora se exponen, son concebidos por el artista como una continuación lógica de las series de los últimos años, pero en una escala más intimista. En los trabajos anteriores, la medida de gran formato y el carácter fragmentario hacían de ellos elementos de ficciones, considerados como fotogramas de un video imaginario. En su nueva serie, se mantiene cierta conexión con estas cuestiones (por ... ejemplo en el troquelado lateral del papel, como metáfora de las perforaciones laterales del celuloide de las películas) pero tienen la posibilidad de 'vivir' solos, sin necesitar de la idea de grupo para que funcionen.

Hay también otras cuestiones que confieren a estos dibujos un carácter más intimo, por ejemplo el recurso técnico consistente en el cruce obsesivo de líneas trazadas con grafito que forman una cierta textura luminosa, siempre acompañada de frases muy enigmáticas pero no herméticas o filosóficas. Las frases son apropiaciones de diálogos de artistas sacados del contexto, que introducen en los trabajos elementos de significación y que así se sitúan más allá del efecto formal. En algunos de estos dibujos, la incorporación de elementos de los 'media', a modo de collage, produce una aproximación a lo real y los aleja del hermetismo.

El video de Fernando José Pereira, titulado The man who wanted to collect Time intenta reflejar la peculiar sensación de lentitud del tiempo que se experimenta en algunos lugares. La noción de lugar es una idea que conduce a la de identidad y por lo tanto a la de memoria. El lugar donde está filmado el video es un lugar de memorias intensas. Lugar alegórico, en el que se encuentran las ruinas de una fábrica, destruida por una avalancha de nieve en 1995. Estas ruinas están localizadas en un pueblo aislado en el norte de Islandia y son propiedad de dos hermanos que tienen una fuerte pasión por la idea de ruina. Compraron la fábrica después de la avalancha y la mantienen allí como ruina visible del acontecimiento, concediéndole un tiempo propio para desaparecer: su tiempo de conexión con el tiempo histórico.

The man who wanted to collect Time es una especie de 'viaje' por las ruinas llevado a cabo por un personaje que intenta determinar esa idea abstracta de coleccionar el tiempo en situación adversa, es decir en una situación en que todos los días, todas las horas, todos los minutos, todos los segundos, somos advertidos de la expansión imparable del espacio hacia la conquista global y la aniquilación del tiempo ya en compresión acelerada.

Nota: La realidad, a veces, se impone. Las ruinas de la fábrica producidas después de la avalancha de nieve, habían permanecido in situ durante los últimos 16 años, pero durante el período de filmación fueron prácticamente arrasadas por una fuerte borrasca, y por eso, las imágenes finales del video muestran otra ruina más arruinada aún.