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Considerado frecuentemente como el fotógrafo catalán más completo del siglo XX, Francesc Català-Roca es una de las figuras más relevantes de la historia de la fotografía en España. Precursor y referente de la renovación de la fotografía documental y del reportaje gráfico en nuestro país durante los años cincuenta y sesenta, su trabajo ha sido ampliamente reconocido no sólo por su retrato de la sociedad española de las primeras décadas de la Dictadura, sino también por su particular estilo basado en el realismo poético, la estética del instante decisivo y la investigación constante sobre la luz.

Esta exposición se presenta como una lectura prospectiva de una de sus facetas como fotógrafo: la fotografía de retrato, un género que cultivó desde los inicios de su trayectoria, y particularmente durante los años en los que colaboró con el semanario barcelonés Revista (1952-1954), actividad que le permitió conocer y fotografiar grandes personajes de su tiempo. Los retratos de Català-Roca atrapan enseguida el interés del espectador, especialmente por la interpretación sincera y espontánea, sin manipulaciones, que ofrecen de los sujetos representados, los cuales casi siempre, y en sintonía con su ánimo documentalista, son captados en el ambiente y la atmósfera de sus respectivos espacios vitales. Mediante el uso magistral de recursos como la observación constante, la investigación del momento elocuente, el escrupuloso trabajo con la luz natural o el estudio y la composición del encuadre, sus retratos testimonian su extraordinaria capacidad de saber explicar limpia y honestamente todos aquellos personajes que se cruzaron con su cámara a lo largo de su vida.

Conforman la muestra treinta y cinco retratos seleccionados para la ocasión procedentes de su fondo de archivo. Un conjunto que no sólo nos permite hacer visibles obras inéditas y los aspectos más innovadores de su faceta retratística, sino también reencontrarnos con los mundos por los cuales Català-Roca se movió y fotografió: por un lado, el de los grandes nombres del arte y la cultura de su época, y, por otro, el universo popular, el de la vida cotidiana de las calles de las grandes ciudades y de los pequeños pueblos rurales del España de posguerra que supo retratar como nadie.