La razón por la que fotografío, es la necesidad de comunicar, este es mi lenguaje, cada cual elije el suyo, unos la pintura, otros la escritura, yo elijo la fotografía y no para comunicarme con los demás, sino para hacerlo conmigo mismo.
Debí de comenzar en esto de la fotografía cuando tenía quince años y no mostraba mis trabajos a nadie, salvo a las personas de mi entorno más próximo. Cuando estudie fotografía, ya no tuve más remedio que mostrar lo que hacía, pues en este caso se trataba de evaluar lo realizado y alguien tenía que verlo. Pero nunca tuve la necesidad de hacer visibles mis imágenes más allá de eso.
Ahora las circunstancias han cambiado y tengo el deseo de experimentar que es lo que sucede cuando otros ven lo que yo veo, si aprecian que mi forma de ver las cosas tiene sentido, si puede existir alguna comunicación o...transmitir alguna sensación.
He elegido para el caso imágenes sobre fotografía arquitectónica, es uno de mis temas favoritos, me encuentro cómodo realizando este tipo de imágenes y por eso creo que es un buen modo para dar a conocer mi forma de ver e interpretar las cosas.
En mi modo de interpretar la fotografía de arquitectura existe un lenguaje propio, una forma de ver que queda definida en las distintas imágenes de la exposición. Cada una de las mismas tiene identidad propia, pero en su conjunto conforman un discurso homogéneo.
Una de las características de mis imágenes es la ausencia de personas, no me gusta incluir seres humanos en mis fotos, es una forma de añadir abstracción, de separar las formas arquitectónicas de quienes las crean, el incluir personas distraería del objeto final de la toma.
A la hora de buscar elementos que fotografiar, la visión de los mismos debe de ser personal, de observar y ver lo que quieres ver, la inspiración en mi caso normalmente no llega de forma súbita, tengo que salir y mirar, mirar y percibir de forma personal, de ver fracciones de edificaciones que me digan algo. Se trata de pasear, ver y sintetizar.
En esta cuestión influyen diversos factores como el estado de ánimo, que hace que veas elementos interesantes que en otro momento no lo fueron; la luz que modela de forma diferente y puede cambiar un mismo elemento de forma radical.
Es curioso observar como la luz, no solo modela de forma diferente a lo largo del día, sino como es evidente a lo largo del año y no solo por el ángulo de incidencia del sol, sino por la calidad de la luz. No se si se habrán dado cuenta de que la calidad de la luz de los distintos meses es diferente y desde luego para mí, la del mes de septiembre tiene características muy especiales.
Lo habitual a la hora de realizar una de mis fotografías, es haber efectuado previamente una búsqueda de lo que quiero, esta búsqueda puede realizarse días antes o ser algo visto tiempo atrás y que ha quedado a la espera del momento propicio para ser plasmado. Esta preparación es debida a que normalmente trabajo con una pesada cámara de banco óptico para placas de 9x12 cm. Este equipo requiere de cierto tiempo para ser montado y no es una actividad a realizar simplemente para ver si algo queda mejor o peor encuadrado. Esta forma de operar es necesariamente pausada y permite pensar la toma todo el tiempo que la luz lo permita.
Paco Martín
Entrada actualizada el el 05 jun de 2016
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