La exposición presenta un conjunto de obras óptico-cinéticas en las que Olga Gerding superpone dos diseños geométricos, uno pintado sobre un fondo opaco y otro sobre una placa de acrílico transparente, montados a cierta distancia uno del otro. A partir de esta estrategia sus obras generan una sensación de movimiento cuando el espectador se desplaza frente a ellas. Aunque Gerding fue parte de la escena local en la que se impuso el arte cinético, la circulación de su obra se ha ido desdibujando. No obstante, la reciente presentación de una de las piezas que pertenece al acervo del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires renovó los interrogantes acerca de la trayectoria de esta artista casi olvidada. En este marco, esta exhibición recupera su aguda sensibilidad y contribuye a enriquecer el panorama del arte cinético argentino.