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Comienza a pintar Graffiti a los 14 años, influenciado por el boom inicial del HIPHOP español.

Un año después, gracias a los D.F.R. crew y Kiku Mistu conoce a Henry Chalfant en Barcelona, autor del film 'STYLEWARS' y de los libros 'SUBWAY ART'&'SPRAY CAN ART', en un encuentro enriquecedor y de una amistad profunda. A través de Henry, Fasim entiende y traduce en España el ... juego de la letra, del lenguaje que se estaba desarrollando en los trenes del metro en Nueva York. Siendo pionero y original en su manera de escribir, se gana el reconocimiento nacional y desarrolla un estilo personal, muy salvaje (WildS­tyle), siendo precursor de otros Graffers venideros, los cuales se fijan en el para desarrollar su estilo. Pinta trenes y muchos muros casi todos los días en una vida cercana a un Huckelberry Finn urbano. Conoce a Jonone y a los BBCrew en diversos viajes a Paris a los cuales admira y se une a su grupo '156 all stars'.

Ha pintado junto a Sento, Seen, Pjay, Dare, Jay, Echo, Jonone, Sharp, Sen2, Macrew, T-kid, Cope, Ink, Loomit, Toast, Inka, Kane, Won abc, Popay, entre otros muchos...

A los 21 años ya tiene reconocimiento internacional en la escena del Graffiti, aportando a España una nueva manifestación artística urbana plenamente desarrollada.

Momento en el cual, combina el Graffiti con otras inquietudes del mundo de la pintura y de su obsesión por nuevos caminos plásticos expresivos. Recorre durante años museos de arte y camina por las galerías de Barcelona solo, aprende directamente de los pintores las vanguardias modernas y contemporáneas, siendo influenciado por casi todas ellas. Lee muchos libros de arte, literatura y poesía, sin recurrir a escuelas ni a instituciones, nutriéndose, bebiendo de la fuente.

Lentamente y con mucha tenacidad, abandona todas las corrientes artísticas que le habían enriquecido y desarrolla un lenguaje plástico propio, un estilo definido por el mismo; como un 'pintor de las catacum­bas humanas'. En 1996 realiza un viaje que cambiara definitivamente su visión del mundo y de su pintura; Sarajevo, cuatro años después del fin de la guerra donde queda gravemente impresionado por el genocidio. Vive unos días en una casa de la cuidad con personas que han vivido la guerra. En un viaje sin retorno del terror cometido allí, recoge dibujos en colegios destruidos hechos por niños y hace un gran cuadro con ellos. Comienza una arriesgada aventura de compromiso.

Emprende una pintura rebelde siempre, anarquista y lucida, donde el color es un asesino de la moralidad perniciosa, monocromos trágicos y de una expresividad salvaje muy cercana al espejo del mundo cuestionan su genialidad expresiva. Retorcidas figuras se entremezclan con llantos de seres humanos, con la angustia del ser, utilizando la luz y la ausencia de luz como su bandera de lucha, una bandera pirata donde todo esta permitido, siendo así una pintura con un vigor y una audacia impresionante y nada predecible, de quien nadie logra salir escéptico o deja indiferente.