Flashazo es un proyecto de encuentro y de diálogo entre artistas y obras. Todas las obras fueron hechas en forma independiente a la muestra y el trabajo actual de los artistas ponerlas en diálogo. Existen puntos de encuentro y zonas de desencuentro entre los artistas. Tambien entre las obras. La torta de Sebastián Semino fue hecha a kilometros de distancia y de tiempo del senku de Máximo Pagano y, mientras Máximo proyectaba la idea de hacer una obra con un objeto que es un juego, Sebastián Linardo, despreocupado, dibujaba sobre un papel una cara imitando pixeles. A lo largo de los años, los encuentros casuales y programados entre estos artistas fueron acercando la posibilidad de diálogo a unas obras indiferentes entre sí.