La protagonista indiscutible de esta exposición es la pintura. Dora Piñón, desde la abstracción inspirada por el entorno natural que le rodea, y Alberto Fernández Hurtado desde su particular lenguaje figurativo, rinden tributo a esta disciplina artística y a la conexión que les une a ella. Desde mediados del siglo XX se habla de la muerte de la pintura debido a la irrupción de nuevas prácticas artísticas, nuevos lenguajes, nuevos códigos. Hoy, la pintura de estos dos artistas no persigue el escándalo ni el espectáculo, sino que busca dar un sentido a la vida de forma humilde y callada, pero de manera muy transgresora, pues actualmente la pintura es una de las disciplinas artísticas más antiacadémicas y atrevidas, quizá incluso la forma de arte más independiente. Esta muestra es, por tanto, un homenaje al proceso creativo, al momento de pintar, al olor a aguarrás y a la materialización de las ideas en búsqueda de una percepción distina de la realidad.