Quizá aún haya hoy individuos que por decisión propia no hayan estado delante del mar, subido a una montaña o visto un cuadro; como en todo, algo se pierden y algo ganan. Ganan en comodidad y si se apura en tranquilidad, pero pierden en sensaciones y experiencias. En la aventura sin finalidad que conlleva el acercamiento estético subyace el más amplio espejo donde contemplar la diversidad de nuestra efímera existencia, y en un rocambolesco desafío la propia obra de arte se yuxtapone por su propia condición de idea proyectada a la ausencia infinita aunque sólo sea provisionalmente. De esa transitoriedad se alimentan las imágenes que se proponen en esta exposición del autor Sergio Ramírez, pues como se puede observar, el vestigio se proyecta hacia el futuro en una misteriosa relación entre lo que encarnamos y lo que nos precede. Como el mismo dice: “en mis motivos se refleja, en muchas...ocasiones, la intervención humana, pero en la que ésta nunca está presente….no busco ni actitud ni argumento, prefiero, por el contrario, potenciar el acabado técnico y la inquietud en el observador”. Sergio ramírez ha participado en diversas exposiciones colectivas en lugares como; la galería Montalban (Madrid), galería Kinokuniya (Tokyo), o la galería Jorge Ontiveros (Madrid). Y desarrollado exposiciones individuales en la galería Montalbán, galería Orfila, Plastiké Art Gallery, y ahora en nuestro espacio Art Room.
