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«Genio es quien niega tener talento», afirmó Gil J. Wolman, uno de los artistas más enigmáticos y discretos del siglo XX, y su exitosa transversalidad (poesía, cine y artes plásticas) es prueba de su infinita contemporaneidad. Esta exposición monográfica, la primera que se le dedica en España, reúne unas 60 obras suyas. La exposición irá precedida de un curso en mayo de 2010 sobre letrismo y situacionismo que preparará su recepción. Wolman nació en París el 7 de septiembre de 1929. Tras dedicarse a actividades dispares como la de tejedor, se unió en 1950 a Isidore Isou y el movimiento letrista, junto a Jean-Louis Brau, Gabriel Pomerand, François Dufrêne, Maurice Lemaître y Guy Debord. Como poeta, inventó el meganeuma, poema del aliento y del sonido puro que eructaba durante recitales míticos en el Tabou (1950), el Museo de Arte Moderno (1961), el Teatro Nacional Popular (1963) y el Teatro del Odéon (1964), en París.

En respuesta al desafío de Isou y su película Traité de bave et d'éternité (1951), el mismo año Wolman realiza L'anticoncept, película atochrone censurada que influiría en el filme Hurlements en faveur de Sade (1952), de Guy Debord, quien homenajearía a Wolman integrando uno de sus poemas letristas al comienzo de la misma. Con Debord, pero también con Brau y Berna, fundó una Internacional Letrista disidente (IL, 1952-1957), antecámara de la futura Internacional Situacionista (IS, 1957-1972). Debord lo excluyó de la IL antes de la creación de la IS, pese a que Wolman había preparado su espíritu y contenido al firmar con Debord el Mode d'emploi du détournement, que pondría en práctica (algunos años antes que los cut-up de Brion Gysin y William Burroughs) con J'écris propre (1956).

En 1959, Wolman retoma sus escasos ensayos plásticos junto con Brau antes de asociarse a ciertas manifestaciones letristas a partir de 1961 en la Galerie Weiller, así como en la Galerie Valérie Schmidt (1963), donde muestra por primera vez sus magistrales pinturas letristas y sus geniales composiciones de art scotch. En 1964, durante una exposición del grupo en la Galerie Stadler, rompe con los letristas y crea la casi virtual Segunda Internacional Letrista junto a Brau y Dufrêne. Continúa su obra plástica con sorprendente originalidad y, en particular, el art scotch hasta mediados de los años setenta, y en 1977 crea el movimiento separatista, del que es el único miembro, y trabaja desde entonces el wolman's land, provocando «un espacio en una superficie que se ha alcanzado por sus límites» (L'arbre séparé, Les mannequins séparés, Duhring Duhring, Déchets d'oeuvres, etc.). En los ochenta y hasta su muerte, en 1995, Wolman publicó una veintena de libros, la gran mayoría en pequeños tirajes, por medio de sus Éditions Inconnues. Asimismo, realizó una decena de vídeos y trabajó cada vez más en una óptica (anti)conceptual mediante series notables.