La Galería Fernando Pradilla presenta la tercera exposición individual del artista español César Delgado (Madrid, 1969). Bajo el título 'Informatismo' se agrupan varios lienzos de la serie Taxidermias, una serie de ocho Souvenirs, un mural que hace esquina y ocupa la mayor parte de una de las salas, y el conjunto titulado 'Celebración de la pintura', conformado por tres obras presentadas sobre tres pinturas murales de sus propios planos. Todas estas obras se insertan en el concepto de intervención espacial y pintura expandida, en el que el artista ha estado trabajando los últimos años. Para César Delgado, el título de la exposición alude a la doble deuda que su lenguaje tiene, por un lado, con el movimiento informalista (del que es heredero nostálgico) y por otro, con la informática, de la que se sirve como soporte esencial para el desarrollo de sus obras.

... style='text-align: justify; text-indent: 1cm;'> 

El artista ha reconocido que la concepción del proyecto parte de 'una serie de estrategias metalingüísticas que tienen lugar en el siglo XVII, de las que ha tomado ideas para realizar las presentaciones murales. Una de ellas es la pintura del Greco 'Vista y plano de Toledo' en la que se contraponen dos sistemas de representación para subrayar sus diferencias: el pictórico, a partir de la representación simbólica de la ciudad de Toledo, en profundidad y destinado a la contemplación, y el cartográfico, a través del personaje que sujeta un plano detallado del entramado urbano de la ciudad y que pertenece al ámbito de la precisión, al sistema destinado a ser descifrado.

La segunda estrategia son las presentaciones de iconos milagrosos o sagrados para las que se realizan grandes cuadros, encargados de preponderar y realzar estas imágenes que luego serán encastradas sobre la escenografía en ellos desplegada. Aquí el propósito es conducir la atención de los fieles hacia los iconos, propiciar un marco de veneración desde el que estas imágenes puedan ser contempladas.

Las presentaciones murales de 'Celebración de la pintura' participan de ambas estrategias: cada Taxidermia se encastra sobre una escenografía desarrollada al efecto, con carácter ornamental y con la intención expresa de ennoblecer su presencia. El artista alberga la esperanza de que la sutil invasión espacial que ejercen los murales sobre la sala concentre la atención de los espectadores de una manera más acentuada en las pinturas; como si los cuadros fueran joyas engarzadas en piezas de orfebrería.

Por otro lado, al contrastar las pinturas con sus propios planos, César Delgado replica la estrategia desarrollada por el Greco pero evidenciando una serie de diferencias entre las maniobras empleadas por ambos artistas. En la obra de Delgado ya no hay ni rastro de la perspectiva ni de la referencia simbólica, sus cuadros son ellos mismos y no representan ninguna otra cosa, mientras que el Greco necesita de Toledo (o del motivo que sea) para hablar de la disciplina de la pintura. La obra de Delgado no alude a ningún motivo externo a la pintura, sus obras son en realidad tan planas como los mapas (salvo algunos elementos que cobran una cierta impresión de tridimensionalidad). Mapas que formaban parte integrante del propio lenguaje pictórico, ya que los tres cuadros encastrados presentan a su vez en su interior el mapa de alguna de las pinceladas gestuales que los integran.