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'Durante mucho tiempo quise ser pintor, [...] pero finalmente me convertí en escritor'. Podría decirse que es a partir ... de esta frase que nace la idea de realizar una exposición alrededor de la obra de uno de los más importantes escritores franceses del siglo XX y su relación con las artes visuales, puesto que Georges Perec (Paris, 1936IvrysurSeine, 1982) no sólo se centró en el campo de la literatura, sino que su trabajo coexistió con otro tipo de soportes como el cine, la fotografía, la pintura o el arte conceptual, participando a veces de manera activa en disciplinas ajenas a la obra escrita y otras de forma pasiva, siendo el propio Perec objeto de inspiración para otros artistas.

Las referencias a la pintura o, en un sentido más amplio, a la imagen, son una constante en la obra de Georges Perec. Sin ir más lejos, solamente en su obra maestra La Vie mode d'emploi (1978), el lector se encuentra con la presencia en sus páginas de cerca de 508 acuarelas, unos sesenta grabados, una treintena de dibujos, 75 títulos de cuadros imaginarios o reales, así como 103 nombres de pintores, igualmente reales o imaginarios. Pero los ejemplos de estas referencias pictóricas recorren casi toda su producción, desde el grabado del barco de vapor Ville de Montereau que adorna la entrada del apartamento al comienzo de Choses (1965) a Un cabinet d'amateur (1979), ficción completamente construida a semejanza de un cuadro en trompe l'oeil. Podemos afirmar, de este modo, que la escritura de Georges Perec está atravesada de parte a parte por una mirada que no cesa de interrogarse sobre sus afinidades con la imagen. Los cuadros, las ilustraciones, las fotografías y las imágenes en general proporcionan al escritor tanto un modelo de organización del espacio como un espacio organizado: la representación de lo real obedece a reglas y procedimientos muy precisos y su lectura de la imagen implica una noción previa de la práctica estética hecha de listas, cálculos y obligaciones. La referencia constante a Paul Klee, desde los primeros interrogantes sobre el realismo en La ligne générale hasta el epígrafe programático de La Vie mode d'emploi no es casual. Georges Perec ha demostrado igualmente que se podía servir de la pintura o del dibujo o de la fotografía como de un notable motor de ficción: sus relatos recurren no tanto al objeto pintado o fotografiado o dibujado para extraer de él collage y asociación como para poder explotar las potencialidades narrativas inéditas. Esta diversidad y riqueza de relaciones se encuentran en los trabajos y documentos incluidos en esta exposición, y el objeto de este proyecto es profundizar en ellos y darlos a conocer mejor.

Pere(t)c, proyecto expositivo comisariado por Alberto Ruiz de Samaniego, reúne, además de una selección de los fondos custodiados en la Bibliothèque de l'Arsenal de Paris por la Association Georges Perec, una serie de obras realizadas por artistas amigos del escritor francés a través de las que somos testigos de la influencia tanto del mundo del autor como de su trabajo en la producción creativa de éstos: así, la exposición cuenta con obra de Fabrizio Clerizi, Saul Steinberg, Bernard Plossu, Peter Stämpfli, Isabelle VernayLévêque, Gérard Guyomard, Cuchi White, Paolo Boni, JeanLuc y Titi Parant, Robert Bober y Bernard Queysanne. Formando asismismo parte esencial de la muestra, Pere(t)c incluye trabajos de artistas españoles relacionados o próximos igualmente a la obra y poética del autor francés. Se trata de piezas e intervenciones muchas de ellas rescatadas ex profeso para la muestrarealizadas por Eduardo Scala, Ignasi Aballi, Isidoro Valcárcel Medina, Alfonso Berridi, Los Torreznos, Anne Heyvaert y Amaya González Reyes, además de un proyecto de Perec realizado para la radio titulado Die Maschine en el Mirador Sonoro de la Fundación Luis Seoane.

El título de la muestra es un homenaje en sí mismo al universo de Perec y a su característico gusto por jugar con las palabras. La expresión latina etcétera significa 'lo demás'. 'Lo demás', en singular, podría servir como referencia a la inmersión de Perec en mundos ajenos en principio a la literatura, tal y como citábamos más arriba, así como su intersección con el mundo de las matemáticas o la combinatoria aplicada al lenguaje, pero también sería interesante convertir la expresión al plural, 'los demás', e incluir amigos, admirados por él mismo a través de sus escritos y colaboraciones en catálogos de exposiciones o artistas transformados en admiradores, que escogieron en un momento determinado el mundo de un escritor y artista irrepetible como fuente de inspiración.

Vida y obra Toda la obra de Perec funciona, en cierto modo, como una autobiografía encriptada (o enmascarada, el famoso adagio de Descartes 'Larvatus prodeo': 'avanzo enmascarado' se convirtió en una suerte de definición autorreferencial que Perec usó a lo largo de toda su vida). La infancia de Georges Perec se ve marcada por la temprana desaparición de sus padres. Su padre, polaco de origen judío, se alista voluntariamente en el ejército francés tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, muriendo en 1940, y su madre sería deportada primero a un campo de concentración en Drancy para, finalmente, ser trasladada a Auschwitz, donde desaparecería definitivamente.

Georges Perec sería adoptado por una hermana de su padre y el marido de ésta. Este trágico acontecimiento biográfico se convirtió, a la larga, en el desencadenante fundamental de toda su escritura y de la construcción de su estética.

Tras cursar estudios de historia y sociología en la Sorbona, su trayectoria profesional daría comienzo a través de colaboraciones con diferentes revistas, como la Nouvelle Revue Française y Les Lettres Nouvelles. Inmediatamente después de licenciarse en el ejército, contrae matrimonio con Paulette Petras. La pareja se trasladaría a Túnez, donde Paulette ejerce como profesora y, a partir de 1961, se instala en París, donde Georges obtiene un puesto no muy bien remunerado como archivero en el Laboratorio de Investigación Neurofisiológica del Hospital SaintAntoine.

A finales de los años 60, Perec comienza a escribir obras para la radio en colaboración con Eugen Helmle y Philippe Drogoz, y a partir de los 70 dirige su interés hacia el cine como medio de expresión artística, codirigiendo con Bernard Queysanne su primera película, Un homme qui dort, por la que ambos obtendrían el Premio Jean Vigo en el año 1974. En 1978 publicaría su obra más importante, La Vie mode d'emploi, cuyo éxito le permitiría dedicarse por completo a la literatura. En el año 1981, Perec se establece en Australia, donde permanecería como residente en la Universidad de Queensland hasta el momento en que, por motivos de salud, regresaría a Francia. Moriría en París en 1982, a la edad de 46 años.

La obra de Georges Perec destaca por las múltiples intersecciones y ramificaciones que sus escritos emiten hacia diferentes disciplinas. Georges Perec es un fanático del lenguaje, de las palabras, de la posición de éstas tanto en el plano físico como en el concepto abstracto de la combinación lingüística y de la intersección de ésta con el mundo de las matemáticas, los jeroglíficos, la poesía visual, el ajedrez y el go, la deconstrucción de las reglas literarias académicas y la posición de las sílabas, los números, los vocablos en el universo y en diferentes dimensiones.

Algunos estudiosos de su obra mencionan como posibles influencias tanto su trabajo como archivista, lo que le permitía establecer una relación completamente formal con los documentos, así como su inmersión en la terapia psicoanalítica en diferentes momentos de su vida a consecuencia de los acontecimientos trágicos que marcaron su infancia. Lo que sí parece evidente es la importancia que en el desarrollo de su trabajo tuvo su ingreso en el grupo OuLiPo, Ouvroir de Littérature Potentielle (Taller de Literatura Potencial), fundado por el poeta y novelista Raymond Queneau y el matemático François Le Lionnais. OuLiPo experimentaba con las reglas formales del lenguaje, así como con elementos tales como anagramas, jeroglíficos, puzzles, crucigramas, lógica matemática o palíndromos. En esta exposición se incluyen ejemplos de estos ejercicios lingüísticos y visuales que el OuLiPo practicó, así como otros ejemplos de cómics y novelas gráficas en las que se aplican procedimientos semejantes a los del OuLiPo.

Pero más allá de la experimentación formal con el lenguaje, Perec es considerado como un experto analista de la psicología y comportamiento humanos. El universo de Georges Perec se despliega en toda su magnitud en lo que es su obra más importante, La Vie mode d'emploi. Publicada en 1978, describe la vida de diferentes personajes a través de 100 historias distintas que se entrecruzan en el marco de un edificio de apartamentos parisino, inspirado en un dibujo de Saul Steinberg perteneciente a su obra The Art of Living, incluido en esta exposición.

Independientemente de las historias particulares de cada personaje, resulta especialmente interesante la estructura narrativa del libro, dada su complejidad. El autor especifica el número de capítulos a utilizar, así como una serie de elementos que tienen que aparecer en cada uno de ellos, además de emplear el movimiento del caballo del ajedrez como hilo conductor de la narración. La Vie mode d'emploi obtuvo del Premio Médicis el mismo año de su publicación.

Precisamente, gracias a La Vie mode d'emploi, descubrimos la postura de Georges Perec ante cuestiones relativas al artista y al arte contemporáneos, además de numerosas referencias a pintores, a obras o a imágenes. Este es uno de los motivos por los que esta obra es referencial para el arte contemporáneo, pero no el único. Más allá del posible interés de Perec por el arte y la estética, lo que resulta revolucionario de esta obra es su ruptura absoluta con el esquema de la novela decimonónica, transformando la 'novela de artista' en 'novela del artista contemporáneo', algo que el movimiento del Nouveau Roman venía intentando formalmente desde mediados del siglo XX, pero que no llega a definirse quizá de un modo tan radicalmente preciso y rompedor hasta la aparición de Georges Perec en el panorama de la literatura contemporánea. La Vie mode d'emploi posee en sí misma una plasticidad que la relaciona estrechamente con determinados proyectos de artistas como Christian Boltanski, en cuyas obras el concepto de pasado, archivo y reconstrucción de la memoria parecen insertarse en aquella 'voluntad de totalidad' anhelada por Perec ('quisiera poder decir todo lo que le es posible a un hombre decir, y de todos los modos posibles') a través de la búsqueda constante por parte de éste de diferentes medios para expresar su propia multiciplicidad.

Pere(t)c ofrece al espectador una oportunidad única para disfrutar de un autor de culto, de un artista, de un escritor, y de un mundo creativo que parece expandirse infinitamente gracias al lenguaje y a la explotación como herramienta de construcción plástica de éste, junto con una muy profunda impronta visual que determina todo su imaginario. De hecho, en la estética de Perec, la imagen (el cuadro, el dibujo, el cromo, el cartel, la foto, la reproducción artística, el fotograma, etc.) constituye una suerte de motor que propicia el funcionamiento de la propia escritura y el desarrollo hasta límites insospechados de la creatividad, ampliando el sentido de la comunicación y transformándola de manera definitiva. Sí existe un antes y un después en el mundo de la cultura contemporánea gracias a Georges Perec.