Desde 2007, con motivo de las fiestas navideñas, la Fundació Joan Miró pide a un artista que realice una interpretación de la Navidad. En la primera edición, el artista Perejaume propuso Belén, una instalación monumental confeccionada en corcho que, como un puente, cruzaba los dos patios de la Fundació por encima de las terrazas. Le siguieron Ignasi Aballí con 52 palabras y Tere Recarens con Myrrh.

El artista Antoni Llena presenta este año Antes de que no cante el gallo, una obra a la vez frágil y contundente, que explora la eterna paradoja que el arte de todos los tiempos ha pretendido ilustrar y comunicar.

La propuesta para la felicitación de Navidad consiste en un sencillo gallinero con gallinas y gallo que convivirán ... en el Pati de l'olivera de la Fundació del 2 de diciembre de 2010 al 9 de enero de 2011. Con este gallinero, el artista homenajea tanto el mensaje original de la Navidad, como el espíritu artístico de Joan Miró.

Antes de que no cante el gallo investiga de modo literal el símbolo bíblico del gallo y hace una referencia directa al Nuevo Testamento. Para Llena, con la Navidad se abre un ciclo que empieza con un episodio de precariedad y vulnerabilidad (el nacimiento de Jesús en un establo) y que acaba con la figura del gallo que ilustra el desenlace de la biografía de Cristo. Se trata de una doble traición: la del mensaje cristiano y la del mensaje de la Navidad. Y de una ironía introducida por el artista: la de reducir este drama a la cotidianidad indiferente de unos simples animales de granja.

Antoni Llena, pionero del arte conceptual en Barcelona, también ha querido hacer referencia a la falta de vida y de espontaneidad a la que tienden los museos actuales. Instalando un gallinero en el jardín de un museo, Llena quiere simbolizar el retorno de esa vitalidad y también la importancia del mundo de la granja y de la tierra para el fundador de la Fundació (sólo hace falta recordar el microcosmos representado en el célebre cuadro de Joan Miró, La masía).