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Jacques Henri Lartigue es uno de los grandes nombres de la fotografía del siglo XX. Aunque la pintura fue su principal pasión y siempre consideró la fotografía como una dedicación de segundo nivel, hoy sus fotografías son reconocidas como el retrato de una época ya desaparecida, la de la burguesía francesa del pasado siglo. Sus imágenes son contemporáneas a un período caracterizado por convulsiones y cambios sociales -la I Guerra Mundial, la Revolución Rusa o la ocupación nazi de Francia-, pero Lartigue no se fija en estos conflictos, su obra no quiere ser una representación de los cambios políticos de una época -aunque constituye un documento único de una época y una forma de vida- por el contrario, siempre remite a la inocencia, la espontaneidad y la alegría de vivir.

Un mundo flotante es la primera gran exposición de Lartigue en España. Reúne cerca de 200 imágenes pertenecientes a la Donation Jacques Henri Lartigue de París, junto con objetos como sus journals o diarios. Todo este material permite conocer una obra caracterizada por el deseo de capturar la fragilidad de la vida, la brevedad de la felicidad y la ligereza y la velocidad de un mundo cambiante.

Jacques Henri Lartigue (Francia, 1894-1986) nació en una familia acomodada. Su padre le contagió el interés por la fotografía, aunque estudiaría pintura en la Académie Julian, y expuso por primera vez en 1922. Hasta 1960 no obtuvo reconocimiento como fotógrafo, pero pronto alcanzó gran prestigio exponiendo en 1963 en el MoMA después de que la revista Life publicase una serie de sus fotografías.