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La economía dirige nuestras vidas. Seguramente, estamos en el momento de la historia contemporánea donde esta afirmación resulta más evidente. La crisis sistémica, con la consecuente aparición ya en primer plano de las grandes instituciones que rigen la economía mundial, como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, nos lo indican. Dichos organismos fueron creados después de las grandes guerras mundiales para evitar que alguna revolución pudiera desmontar el sistema.

Pero también, en el día a día, la economía dirige nuestra actividad. El trabajo, los sueldos, los créditos, los alquileres, la compra de pisos, la falta de expectativas para poder consumir... elementos que marcan el cómo vivir, el cómo pensar.

El campo de la política ha permitido que la economía esté por encima de todo. Los grandes capitales deciden superando a ... los gobiernos de los países, la globalización económica es un hecho mientras que los movimientos migratorios humanos siguen suponiendo un problema y no una realidad aceptable.

En este contexto, los artistas encuentran material de investigación. La economía, el dinero en sí, el trabajo, las evoluciones del mercado, los mensajes del poder se convierten en elementos con los que realizar propuestas artísticas.

Propuestas que nos sirven para entender nuestra realidad y contexto, para analizar críticamente lo que supone que nuestras vidas se encuentren marcadas y organizadas por modelos económicos que, en este momento, parece que necesitan algo más que una puesta a punto.