Hay expresiones artísticas donde el tratamiento temático no deja de sobrecoger al espectador, demasiado acostumbrado a todo, tanto a chocantes presentaciones como a singulares imperfecciones, de 'endiosados' artistas, en demasiadas ocasiones encumbrados bajo perversos intereses, como consecuencia de bien organizadas conexiones con instituciones, medios o marchantes.

La introducción viene dada de la breve conversación que mantuve con Anna Belsa, encargada de la GALERIA JOAN PRATS-ARTGRAFIC, en la que coincidimos en la existencia buen arte oculto, que jamás aparecerá a nivel público por timidez de sus autores, y su descubrimiento puede ser fruto de la casualidad o de algún homenaje.

La Joan Prats presenta en esta ocasión a JOAN FURRIOLS, con una singular, impactante, desconcertante y casi alucinante exposición, bajo unos versos de Ramon Llull: E la forma és pura acció, e la materia ... és pura passió. (Y la forma es pura acción y la materia es pura pasión).

Objetos cotidianos -botes, tubos de pasta o crema, marcos de cuadros, botellas, clavos, hierros, etc., técnicamente tratados en base a plásticos y resinas, cuya colocación en exposición es la base para darles el enfoque de piezas escultóricas, lo que les da vida propia, rodeadas por el blanco neutro y casi espectral de la sala de exposiciones.

La sensación de vacío penetra inmediatamente en el espectador. Son simples objetos, tratados químicamente, pero que han adquirido una fuerza expresiva sin igual, y cuya contemplación supone trasladar al visitante al análisis del espacio y la materia, de introspección al propio ser, del tiempo como elemento imperecedero, al igual que las esculturas expuestas.

Realizada con materiales simples, el artista metaforsea y transfigura las formas, dándoles un nuevo orden de naturalezas muertas, conceptuales bodegones que causan la extrañeza del espectador, precisamente porque van más allá de la cotidianidad, penetrando en nuestro subconsciente y exigiendo atención y análisis a nuestro entorno y nuestras vidas.

Tal como indica la nota de prensa facilitada, la obra de Joan Furriols es prácticamente desconocida, puesto que el artista ha trabajado toda su vida bajo el anonimato, al margen del entorno de las galerías y salas de arte, pero de forma constante y rigurosa. Gracias al homenaje que el Centre d'Art Tecla Sala de l'Hospitalet de Llobregat le dedicó en 2010 fue descubierto por la Galería Joan Prats, siendo esta su primera exposición en una galeria, por lo que el visitante ha podido admirar a un artista de obra austera, pero contundente, explícita de contenido e implícita de mensaje: la vulnerabilidad de la creación en el siglo XXI, en un entorno vital demasiado colmado en lo material, para substituir la soledad y el vacío espiritual.