La Galería Puchol de Valencia acoge por primera vez una exposición individual dedicada al pintor valenciano Salvador Montó. Hace seis años que el artista no recala en la capital del Túria y hay mucha expectación por volver a ver la obra de este pintor. Nacido en Valencia hace 47 años, desde 1992 Montó desarrolla una trayectoria sólida que le ha llevado a obtener numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional, como el premio Caja de Madrid o el premio Osborne entre otros, además de diversas exposiciones por diferentes ciudades españolas y europeas.

La Galeria Puchol mostrará algunas de las series más conocidas de Montó junto con otras novedades más recientes en pintura y dibujo. El público podrá disfrutar de las vistas urbanas que Montó dedica a dos ciudades cosmopolitas, Nueva York y Roma. Ambas son urbes que despiertan un gran ... poder de atracción para el pintor, que además de impulsarle a visitarlas una y otra vez, han terminado por significarse como núcleo central de su temática artística en la última década. Panorámicas más complejas e impactantes de la ciudad de los rascacielos se muestran junto con vistas de rico colorido del centro de la ciudad eterna. El pintor se detendrá también en la arquitectura de dos museos que rivalizan por su rico continente y su vasto legado de contenido, el MOMA y el MAXXI (Museo de Arte Moderno de Roma), abordadas desde un prisma más abstracto. Por último, Montó presentará una nueva serie centrada en la figura humana, que nos permitirá observar por ejemplo, a algunos personajes históricos como Jackie Kennedy, el propio presidente Kennedy o la actriz Liz Taylor, protagonistas de portadas de revistas que se convierten en excusa para, con una estética pop, que integra elementos pictóricos con otros que emanan de la publicidad, el cine o el diseño, hablarnos de las relaciones humanas, del tiempo, o incluso de la propia situación económica actual. Englobada dentro de la llamada neofiguración, su pintura juega equilibradamente, entre el realismo y el placer de la mancha y el gesto. Montó afirma que 'la única pintura que merece ser apreciada, es la buena pintura, ya se trate de figuración o abstracción' y en ese sentido le gusta ser un pintor honrado: 'Yo procuro pintar el cuadro que a mí me gustaría ver', señala. No persigue ningún contenido social con su arte sino el placer estético de las formas y volúmenes, aunque algunas de sus obras admitan múltiples lecturas. Ciudades y personajes son mera excusa para pintar sensaciones y recuerdos.