Muchas veces le he escuchado citar a Gauguin (Paul para los amigos) aquello de "El artista no debe copiar la naturaleza sino tomar sus elementos y crear elementos nuevos"
Y eso justamente es lo que hace Ceballos (Guillermo para los amigos) No importa si pinta un paisaje, dibuja o bodegón o realiza un retrato, el motivo no es más que la excusa para revelarnos su increible talento para crear nuevas realidades a través de sus juegos cromáticos y los volúmenes que insinúa a través de líneas y formas. En todos los casos, superficies de colores llenas de ritmo y armonía que bajo ningún concepto te dejan indiferente.
"Mi obra es figurativa pero en mis cuadros también existen algunos elementos abstractos que se fusionan con los elementos figurativos. Los motivos de mis cuadros son los que la naturaleza me ofrece, tanto paisajes como figuras, si bien especialmente la figura y el rostro...femenino adquieren especial relevancia en mi obra. Mi intención no es realizar retratos en el sentido convencional, sino crear superficies coloreadas rítmicamente que transmiten mediante tonalidades, formas y contornos el carácter humano y la personalidad de la retratada. Para mi lo esencial en el arte es transmitir sensaciones y emociones a través de la belleza, del ritmo y de las armonías cromáticas".
Coloristas como Van Gogh o Gauguin, artistas de la escuela fauvista francesa como Matisse o Derain, representantes del expresionismo alemán como Jawlensky, han sido, sin duda, referentes para Ceballos. Todos ellos fueron quienes rompieron con el "color local" para crear nuevas y expresivas realidades.
Dijo Marie Elisabeth Cavé en un ensayo publicado en 1869 "El nombre de colorista esta reservado para el pintor que posee la ciencia de la armonía de los colores. Quién no posea esta ciencia, colocará colores uno al lado del otro cometiendo una absurdidad. Este hombre es como un jugador de ajedrez que no sabe las reglas del juego (...) Nosotros debemos confinarnos a trabajar con colores sin colores, cuando no tenemos el instinto por los tonos y no poseemos el talento para armonizarlos. (…)"
Ceballos sin duda tiene talento para llamarse a sí mismo "colorista". Tomó prestados algunos de los logros pictóricos de los artistas de las primeras vanguardias del s.XX y en combinación con su propia manera de ver y sentir, crea nuevas realidades. Óleo, gouache y acrílico. Papel, tela y madera. Grandes, medianos y pequeños formatos. Nada limite el trabajo de Martí Ceballos. Siempre, sin embargo, pinceladas llenas de cromatimo que favorecen un universo de composiciones tan densas como armónicas gracias a la expresión de lineas y la combinacíon de colores y formas que se alimentan por contraste.
Su obra es pura estética. Y por "estética" no me refiero al concepto de "belleza" tal y como generalmente se entiende puesto que la belleza es un valor totalmente subjetivo. Estética en cuanto a que la obra de Ceballos emana armonía. Rostros y paisajes representados a través de la mirada de un artista quien procura captar lo esencial de cada uno de los motivos que pinta, más allá de la descripción objetiva de la realidad y termina por hacer "magia" dando vida a los objetos inanimados representados en sus obras.
El talento técnico te puede convertir en un buen dibujante pero no necesariamente en un artista. La obra, para ser tal, ha de llegarte al alma, hacerte vibrar de alguna manera. Y así, sólo así, te conviertes en artista...
Imágenes de la Exposición
Vista de la exposición – Cortesía de la Galería Artemisia
Entrada actualizada el el 20 ene de 2018
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