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La exposición Cuatro Siglos de Pintura Europea de la Colección BBVA, será inaugurada hoy por el presidente de BBVA, Francisco González, y por la ministra de Cultura de Colombia, Elvira Cuervo de Jaramillo, en el Museo Nacional de Colombia (Sala Los Primeros Modernos), y se mantendrá abierta al público hasta el 4 de marzo de 2007. Esta selección incluye 48 obras de algunos de los mejores pintores europeos, elegidas por Alfonso E. Pérez Sánchez, académico y director honorario del Museo del Prado. Tras exhibirse en Colombia, la colección, que cuenta con representantes de las escuelas flamenca, holandesa, italiana, francesa y portuguesa, ... viajará al Museo del Palacio de Bellas Artes de México D.F., (Sala Nacional), donde se podrá contemplar del 22 de marzo al 27 de mayo de 2007.

Tras el éxito alcanzado con la exposición de obras maestras españolas de los siglos XV al XX en América Latina, la colección BBVA muestra de nuevo otra selección de su gran patrimonio artístico. En esta ocasión se exhiben algunos de los hitos y géneros abordados por las diferentes escuelas europeas: flamenca, holandesa, italiana, francesa y portuguesa.

La exposición, que se enmarca dentro de la celebración de los 50 años de BBVA Colombia, se inaugura hoy en Bogotá y podrá ser apreciada hasta el 4 de marzo en el Museo Nacional de Colombia. Se trata de una colección de 48 piezas seleccionadas por el director honorario del Museo del Prado de Madrid, Alfonso E. Pérez Sánchez. Entre los expuestos se encuentran autores de la talla de Tiziano, Pieter Snayers, Jacopo de Fabris, Valentin de Boulogne, Corneilles de Lyon, Van Mierevelt o Albert Cuyp

Escuelas flamenca y holandesa

El recorrido cronológico por la escuela flamenca se inicia con una tabla de finales del siglo XV que muestra la Educación de la Virgen. La obra, anónima, posee la tipología característica de la pintura de los Países Bajos. Posterior en el tiempo es la tabla de Jan Van Scorel, La Virgen con el Niño y Santa Ana (siglo XVI), interpretada con una sensibilidad un tanto áspera propia del peculiar manierismo del autor. De la misma época es la obra anónima Moisés y Aarón así como el Retrato de joven caballero (1535) de Corneilles de Lyon, considerado por muchos especialistas como un autorretrato.

Los lienzos con las alegorías del Aire y del Agua, copiadas de las famosas composiciones de Jan Brueghel de Velours, nos introducen en el siglo XVII de esta región europea. En ellas se aprecian las minuciosas descripciones de plantas, animales y objetos, una afición por los detalles que también se encuentra en Asalto a una caravana de Sebastián Vrancx, especialista en recrear escenas militares. Pero, sobre todo, asombra la minuciosidad con que se pintó Fiesta de los Ballesteros ante la iglesia de Nuestra Señora de Sablon (hacia 1651) de Pieter Snayers, representando una escena de gran vivacidad y enorme valor documental, ya que están tomadas directamente del ambiente callejero.

Con una temática más sosegada, pero de la misma época, están, entre otras, La circuncisión del Señor (1636) de Frans Francken II, miembro de una amplia dinastía de pintores de formación manierista, técnica refinada y agudo sentido narrativo; Paisaje de Jan Wildens; Florero de Jan Philip Van Thielen y Sagrada Familia con Santa Isabel y San Juan niño de Perre Van Lint.

Por último, de finales del XVII se muestran dos obras de tema bíblico de David Teniers II: El jardín del Edén y El Arca de Noé.

Del siglo de oro holandés se exponen el mayor número de obras. Comienza con los retratos de una dama y un caballero, en este caso posiblemente de esponsales, de Michiel J. Van Mierevelt, cuya factura es muy representativa de la imagen severa, grave y un tanto rígida que caracteriza este tipo de obras del siglo XVII. El mismo título se repite en obras de Pickenoy y de Lesire. Asimismo, se encuentra Retrato de dama anciana (hacia 1630), una obra anónima con influencias de Rembrandt, cuando el maestro holandés no había encontrado su estilo más personal.

El género de la naturaleza muerta, muy habitual, se encuentra representado por el cuadro firmado por Carel Van Hullegarden – liebre y hortalizas sobre una mesa de cocina -, y la naturaleza viva está presente con un lienzo del gran especialista del género, Melchior de Hondecoeter, al que se atribuye una obra ejecutada con gran vivacidad que representa varias aves de corral en una atmósfera luminosa. La pintura íntima que caracteriza la producción holandesa aparece unida a este género de la naturaleza muerta en el Bodegón con figura humana de Frans Van Mieris, uno de los grandes maestros de la pintura de interiores.

Los últimos años del siglo XVII están representados por temas paisajísticos (de la mano de Pynaker, Veermeer de Haarlem, Romeyn de Hooch…) y sociales, destacando El amor venal de Gerrit Lundens, donde se recrean escenas populares de tabernas que desprenden una intención moralizadora. También se exhiben los lienzos anónimos Grupo familiar y A la puerta de la posada. Pero quizás la obra más singular de los fondos holandeses sea Mercurio, una pintura con aparente temática mitológica que el profesor Pérez-Sánchez ha descrito como “una alegoría del comercio, del que el dios es símbolo y que constituye la razón fundamental de la sociedad holandesa”.

Otras escuelas europeas

De la escuela italiana se pueden contemplar varias tablas anónimas de temática religiosa de principios del siglo XVI, entre ellas una Virgen con el Niño del Círculo de Andrea del Sarto y una Cabeza del Salvador del Círculo de Giuseppe Cesari –“Caballero de Arpino”- Ya en el siglo XVII imperan los retratos de figuras importantes de la época, como un Retrato de Cardenal atribuido a Pietro Nelli, el Retrato del Emperador Carlos V, copia de una obra de Tiziano Vecellio que posiblemente se destruyó en el incendio del Palacio de El Pardo en 1604, y el Retrato del Capitán Leone Gentile, de autor anónimo, donde el garbo presente en la “pose” del capitán, así como la actitud “chulesca”, entroncan perfectamente con el modo de los artistas flamencos que trabajan en Italia.

Jacopo de Fabris, pintor veneciano del siglo XVIII que destacó en la decoración de teatros, aporta tres obras a la exposición, todas recreando diferentes vistas de su ciudad con grandes efectos decorativos, como Vista del gran Canal de Venecia.

Uno de los lienzos franceses más importantes de la colección BBVA es la Sagrada Familia de Valentin de Boulogne , obra muy representativa del arte que se hacía en Roma a principios del XVII, verdadera encrucijada de tendencias y de intercambios.

Los bodegones siguen estando presentes también en esta escuela con Bodegón de tapete oriental y vasijas de metal, que ha sido atribuido a varios autores a lo largo de la historia, pero que, finalmente parece encajar con las características artísticas de Jacques Hupin. También del siglo XVII encontramos otro lienzo anónimo, Bodegón del tapete rojo, con esfera armilar y vasijas lujosas, dispuesto en un rico escenario arquitectónico, que desprende una gran calidad plástica.

Del siglo XVIII se han seleccionado los retratos de Fernando VI y Bárbara de Braganza, del taller de Louis Michel Van Loo. En el primero, el soberano aparece lujosamente vestido representando el cambio que los Borbones introdujeron en el retrato real, que contrasta con la austeridad de los Austrias.

Dos retratos – ambos del siglo XVIII – representan el arte inglés de la época. El primero, del retratista más significativo de su tiempo en Inglaterra, Joshua Reynolds, que recrea la figura de Sir William Chambers, un comerciante que intervino en la fundación de la Royal Academy. Y el segundo es de un caballero (J. Smith Squire) cuya autoría se atribuye, no de modo rotundo, a Martín Arche Shee.

Por último, se expone una Sagrada Familia, recientemente identificada, de la portuguesa Josefa de Obidos, pintado en la segunda mitad del siglo XVII, donde se plasma la adoración de la Virgen y San José al Niño Jesús, recién nacido, que reposa en el centro de la composición sobre un paño blanco.