En esta nueva exposición, celebrada tras el éxito de la retrospectiva de la Sala Verónicas de Murcia, Albacete nos muestra su obra más reciente, fechada en 2006, pues el pintor tiene la particularidad de no permitir la salida de obra de su estudio antes de que hayan pasado seis meses desde su finalización.

En el trabajo de Albacete, el siempre presente binomio interior-exterior da sentido, coherencia y dota, en este caso, de un hilo argumental a la muestra, cuya complejidad material y conceptual queda patente en el uso de recursos visuales, como la abolición de la perspectiva tradicional y la superposición de planos, de forma que las imágenes no sean simples transposiciones de una experiencia vital determinada, sino expresiones del sentimiento que queda en la mente del pintor tras dicha experiencia..

Las vistas de La Casa muestran interiores que, en ocasiones, dejan entrar el exterior a través de reflejos sobre cristales y ... espejos que juegan al engaño, abriendo vanos inexistentes en suelos o paredes. El hecho de que el interior sea intercambiable por el exterior por medio de la luz o del reflejo, es el resultado de un engaño buscado con la intención de introducir el paisaje dentro de la casa. En otras ocasiones, el recurso utilizado para buscar el trampantojo, es la colocación de paisajes ficticios, realizados como cuadros dentro del cuadro, y que sirven de punto de unión entre las series de vistas interiores y las de vistas exteriores, como Mar de la China o El Refugio.

Además del binomio interior-exterior, a lo largo de su larga trayectoria, los conceptos de arte y naturaleza o paisaje y memoria han constituido argumentos repetidos y retomados en diversas series. La especulación ente lo visible y lo invisible, entre lo que se transforma y lo que se deforma, están en la base del quehacer artístico de Alfonso Albacete quien, con más de un centenar de exposiciones a lo largo de más de 30 años de andadura profesional, se ha convertido en una figura de referencia en el arte contemporáneo español.