Descripción de la Exposición En las obras de Aragonés se deslizan multitud de líneas fragmentadas, de formas geométricas, signos y trazos que remiten al art nouveau, a la pincelada musical de Kandinsky, a la transparencia cubista o cézanniana, a la libertad de Picasso, a Delaunay, a la racionalidad bauhausiana, a Fernand Léger, al surrealismo, a Arp, al constructivismo, a Gorky, a Bacon, a las artes gráficas, a Matisse, a Miró... E incluso, como señaló Gaviño de Franchy, a gestos arcanos: ?los ancianos argumentos gráficos que conmueven todavía el inconsciente del hombre, desde que fueran grabados en forma de espiral, de meandro, de simples o complicados artefactos geométricos en las piedras megalíticas o las cavernas de nuestro pasado remoto, son retomados por Aragonés, tras siglos de designaciones y asignaciones tan arbitrarias como valiosas?. Se ha repetido hasta la saciedad que Aragonés es un devorador o un reciclador de imágenes ?eso es el pop, en definitiva-, pero acaso se desprendan de un examen más atento de su trabajo conclusiones distintas. Ya en 1973, Cerdán Tato supo ver que ?la perseverante y laboriosa investigación sobre el espacio plástico y su propia funcionalidad, han enriquecido las posibilidades expresivas del artista hasta límites abrumadores? y que, más que un festín de iconos, Aragonés propone ?todo un trabajo lúcido y responsable, un trabajo racionalizado y normativo, tanto que aun cuando las influencias nos remitan, dentro del contexto de las más actuales tendencias pictóricas indígenas (...), su metodología y búsqueda de análisis lógicos le prestan una coherencia que lo liberan, ideológicamente hablando, de ambigüedades e indeterminismos?. Ángel Aragonés es un neobauhasiano puro, un artista-científico de talante grave y austero que lleva cuarenta años encerrado en su laboratorio investigando en soledad las cualidades de la línea, el perfil y el contorno en su relación con el volumen; su obra es ingente; como estudioso, como erudito, ha rastreado el comportamiento de la línea, ha realizado cientos de miles de combinaciones sin más afán que el de conocer y descubrir. Cada una de sus exposiciones no es más que la punta del iceberg y, aun así, el estupendo ensayo de Vincent Martin dedicado a su suite velazqueña que ahora se publica muestra cuán jugosa es esta obra, plena de referencias literarias, de pequeños detalles, de apuntes biográficos y de analogías complejas. Como bauhausiano, Aragonés ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a desarrollar su visión del arte aplicado, o del arte útil: son incontables los proyectos de arte público en los que ha participado, y que incluyen desarrollos urbanísticos , diseño de murales y medianerías, parques, jardines y plazas, esculturas desmontables, restauración de frescos, catalogación, creación de asociaciones, revistas y grupos, docencia, diseño gráfico, montaje de exposiciones, realización de audiovisuales, escenografía, vestuario para teatro, cine y televisión, interiorismo, murales... Y, lo que es más importante ?porque ese es el trabajo silencioso-, a cada uno de estos proyectos le ha dedicado este humanista numerosas horas de estudio e investigación previa, siendo las memorias de todos ellos en las prospecciones históricas que preceden a todas sus premiadas y conocidas intervenciones en las medianerías, plazas y parques- auténticos modelos de buen hacer y profesionalidad, gracias a los que el artista ha adquirido conocimientos de, entre otras materias: acústica, ornitología, botánica, historia, literatura, química, poesía, edición, diseño industrial y urbano, arquitectura, nuevos materiales o urbanismo.
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España