Es una joven artista alavesa formada en el País Vasco y en Nueva York que apuesta por una figuración de factura exquisita.

Se exponen óleos y dibujos donde la figuración es esencial pero donde las obras parten de un concepto simbolista en el que las obras tienen todas ellas un valor literario, siendo la literatura, motivo de inspiración para la artista.

La artista procura que la guía principal de su obra sea siempre la belleza y el abrir una puerta a la ilusión y la ensoñación no sólo para ella, sino para todo aquel que se acerque a su trabajo. Al contemplar las obras de Arantxa se produce una extraña sensación de irrealidad, nos sumergimos en sus paisajes "como el que hace un viaje de retorno a la belleza en su estado puro y misterioso". En la exposición de muestra una selección de sus obras y dibujos.