Lo más sagrado de una imagen perpetuada en un cuadro no está en las manos del pintor, sino en las huellas de su propia historia y en la historia de su propia huella.
Mi mirada no es sosegada, ni académica, no es más que la mirada de cualquier hombre cargado con la mochila de lo sensorial, como si se tratara de un libro de poesía oxidada por la humedad del recuerdo, pero siempre envuelto en una liturgia benigna.
La materia es parte integra e integrada en mis obras, testigos de la generosa aportación del hombre y la naturaleza. Mi obra, ausente de toda ortodoxia, se inclina hacia la contemplación desde la reflexión y el pensamiento crítico, con la única finalidad de ser un mero artículo para el trueque sensorial compartido en otras liturgias.
Cada una de mis obras con sus aderezos matéricos son ese argumento vital que me permite seguir dejando huellas, que...son simplemente fotogramas, recuerdos cargados de drama o de comedia, pero siempre bajo una lluvia fresca de primavera.
Argumentario vital pretende desde la diversidad, representar mi forma de ver y de entender cuanto me rodea utilizando básicamente un lenguaje conceptual.
Eugenio Fuentes
Entrada actualizada el el 21 jul de 2015
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