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Desde el 24 de septiembre El Almudín de Valencia acoge al escultor valenciano Pepe Llácer (Alcoy, 1953), en una muestra que sintetiza sus últimos intereses en el ámbito de la escultura pública a partir de una investigación de las relaciones entre el volumen geométrico, la transparencia estructural y el tránsito corporal. Tras una etapa caracterizada por  una obra acentuadamente narrativa que metaforizaba alrededor de la idea de organismo y humanidad ?y cuyo punto de inflexión tuvo lugar con la serie Viento del Oeste, expuesta en galería Punto, en 2005 y última muestra del autor en la ciudad-, Llácer opta por un camino de síntesis para ... centrarse en la línea, el alzamiento y la referencia paisajística entendida como alabanza a la naturaleza. En un montaje de múltiples formatos  articulados según la idea de construcción en transición, privilegiando la circulación del espectador y sus puntos de vista panorámicos, y con vocación manifiesta de monumentalidad, sus piezas, ambiguas en su alianza de rigor y libertad, de pronto constructivistas como geológicas, biológicas o mecánicas, configuran un territorio (identificado con el título de Barrio) de múltiples caminos acentuado por un montaje de claroscuros a modo de nichos ecológicos.