La importancia de la obra de Barthélémy Toguo (Mbalmayo, República del Camerún, 1967) en la escena artística internacional es un hecho evidente. Ha sido invitado en bienales y grandes instituciones del mundo entero, y en Camerún ha creado un paraje único, Bandjoun Station, centro de arte, residencia de artistas y proyecto agrícola ecológico a la par.
Desde finales de los años noventa, sus obras han llamado la atención de numerosos críticos y conservadores, que lo invitan a grandes muestras. En 2016 Barthélémy Toguo fue uno de los cuatro artistas nominados al premio Marcel Duchamp, y con este motivo presentó la instalación Vaincre le virus! (¡Vencer al virus!) en el Centre Pompidou de París.
En perpetua rebelión contra las disfunciones del mundo, muchas de sus piezas abordan la migración y el exilio. La naturaleza, otro de sus temas predilectos, aparece por ejemplo en la serie Homo planta, que refleja su deseo de que...el hombre cohabite en armonía con la naturaleza. Las obras de Barthélémy Toguo oscilan, pues, entre la denuncia de las desigualdades y la celebración de la vida, la naturaleza y el cuerpo.
Cuando Barthélémy Toguo piensa en el diálogo que los artistas modernos mantienen con el arte africano, lo primero que le viene en mente es Picasso. Más allá del pastiche o de la imitación de determinados motivos, Toguo interroga las representaciones de África en su relación con Occidente desde una nueva perspectiva. En su obra en constante metamorfosis, atravesada por deseos e intensidades varias, trata temas que también encontramos en la obra de Picasso. Este creador, que pensaba en Guernica mientras pintaba la obra Rwanda 1994, comparte con Picasso la idea de que un artista no realiza obras para decorar los apartamentos, sino que las realiza con una intensa consciencia política.
Entrada actualizada el el 30 ago de 2023
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