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Tomando como referencia el título de un conjunto de editoriales escritos por Luis Seoane para la revista Galicia Emigrante, la Fundación Luis Seoane expone juntos, por vez primera, los dos bestiarios que el artista realizó: Diez xilografías originales, en 1965, y Bestiario, en 1976. Junto a éstos, se incluyen una selección de las pruebas pertenecientes al álbum Insectario, de 1975, además de un apartado en el que se recogen pruebas de imprenta del álbum Imágenes de Galicia, editado en 1978 y grabados originales de Imaxens Celtas de 1977, y de una selección de la bibliografía utilizada como fuente documental por Seoane, perteneciente a su biblioteca personal. En total, unas 72 obras, entre grabados originales, pruebas y documentación que amplían la perspectiva sobre el proceso creativo del artista, ya sea a través de las pruebas de los grabados, o bien como ejemplo de parte de la enorme curiosidad ... que caracterizó al creador gallego a través de las fuentes que éste utilizó para sumergirse en una temática y un soporte que, una vez más, consigue enraízar Galicia con una época, la Edad Media, y con una naturaleza de carácter primitivo, que es evocada constantemente como referencia esencial en el desarrollo de un entorno, una arquitectura, unos habitantes y, sobre todo, de una cultura propia.

Un bestiario es un conjunto de relatos, descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos, normalmente cargados de significación simbólica. Desde la prehistoria, el hombre alimentó su espíritu a través de la representación de figuras antropomórficas, concediendo a seres y cosas rasgos, cualidades y emociones propias de los hombres. El animal dotado de cualidades divinas y humanas, y los seres mitológicos son prueba de la capacidad fabulatoria del hombre, instalada en el subconsciente de la vida colectiva de los pueblos. Seoane hace hincapié en la prehistoria de Galicia y en su unión con otros pueblos atlánticos con los que comparte mitos y tradiciones: Irlanda, Escocia, Bretaña... 'El país más occidental de Europa', como él llama a su tierra, está poblado por serpientes mitológicas talladas en piedra, por representaciones de pájaros, jabalíes, y otros animales de singular importancia para unos moradores que todavía no se consideraban superiores a aquellos seres con los que compartían bosques y montañas. Para Seoane, la representación que los pobladores primitivos hacen de bestias y alimañas son reflejo de una convivencia y de una utilización totémica y mágica de la efigie de los animales, en ese momento de la historia, conviviendo todavía con una cierta armonía con el ser humano.

En la Edad Media, será el cristianismo el que utilizará los bestiarios como tratados moralistas. Mediante la significación simbólica, se construye una alegoría moral o religiosa que hace apología para inspirar la maldad suprema y conmover el sentimiento y la fe hacia la aceptación del dogma y la penitencia. Los siglos siguientes vieron en sus manifestaciones artísticas numerosos retornos intermitentes hacia la encarnación de bestias, mitos, leyendas y fuerzas sobrenaturales. Seoane investiga la continuidad del bestiario a través de las fábulas de Esopo o La Fontaine, en las imágenes de pesadilla de Goya o en los monstruos del surrealismo, como si de un hilo conductor se tratara, que consigue unir las tradiciones ancestrales con el desarrollo de la Ilustración, el fin del Antiguo Régimen, la modernidad y la vanguardia, hasta llegar a esa obra que fascina al artista gallego, El Guernica, unión ejemplarizante de bestias y humanos en el horror de la guerra, muestra de compromiso artístico, un ideal del que Seoane no se apartaría durante toda su vida.

Mención especial merece la parte documental de la muestra, cedida para la ocasión por la Real Academia Galega. Obras adquiridas por el artista que son ejemplo de erudición y que poseen un interés enorme tanto para el admirador de la obra de Seoane, por su carácter de compañeros vitales del creador, como para el aficionado al arte en general: así, encontramos la Histoire naturelle de Max Ernst, editada en París en 1955, Massacres et autres dessins de André Masson, de 1971, un estudio sobre el Minotauro de Pablo Picasso editado en Alemania en 1963, un ensayo sobre Goya de André Malraux: de este último, encontramos también un catálogo que ilustra La pieuvre de Victor Hugo... además de auténticas joyas como las obras del historiador del arte Jurgis Baltrusaitis sobre la Edad Media o el Gótico...