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Biblioteca Nacional de España. Otras miradas

Exposición / Patrimonio Nacional - Palacio Real - Sala de Exposiciones / Bailén, s/n / Madrid, España
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Cuándo:
23 may de 2012 - 08 jul de 2012

Inauguración:
23 may de 2012

Comisariada por:
Juan Manuel Bonet

Organizada por:
Patrimonio Nacional

       


Descripción de la Exposición

La exposición BNE. Otras miradas, organizada por la Biblioteca Nacional de España (BNE) y Acción Cultural Española (AC/E), propone un diálogo entre obras de la Biblioteca y otras piezas de una treintena de museos españoles. En el año de celebración del Tricentenario, la BNE sale al encuentro de museos nacionales y autonómicos; busca otros visitantes, otros espacios, otras miradas. La cultura, la memoria y el corazón de un país se desplazan, recorren la geografía española a través de algunas de las obras que forman parte de la colección de la BNE. El 23 de mayo, comienza el viaje con la primera parada en los museos de Madrid: el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Lázaro Galdiano, el Museo del Romanticismo, Palacio Real, el Museo de Ciencias Naturales, el Museo de Historia de Madrid, el Museo de América y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dos meses después, Madrid dará paso a otras ciudades españolas. Este viaje a muchas partes, nos conduce aún más allá: una exposición virtual accesible a través de la web de la BNE. De esta forma se verán las obras de la Biblioteca junto a las obras de los museos anfitriones. Podrán contemplarse obras de los más reputados artífices de la cultura española: Benjamín Palencia, Juan Pérez de Mungía [Mariano José de Larra], León Gil de Palacio, Valeriano Domínguez Bécquer, Melchor Sánchez, Juan Carreño de Miranda, Manuel Abril, Mauricio Bacarisse, Antonio Espina, José Bergamín, Tomás Borrás, Pedro Emilio Coll, Ramón Gómez de la Serna, José Gutiérrez Solana, Rembrandt, Louis Thiébaut, Miguel Jacinto Meléndez, Guillermo de Torre, Robert Delaunay, Filippo Juvarra, Antonio Stradivarius, Pedro Calderón de la Barca y Antonio de Pereda. Estos ejemplos permiten entender que, tratándose de un conjunto principalmente español, también incluye, como nuestra propia cultura, nombres europeos y americanos. Un conjunto que consigue crear un tejido en el que se entrelazan literatura, artes plásticas, música,, geografía, historia... La institución cultural pública más antigua del país, fue fundada por Felipe V hace 300 años. A lo largo de este tiempo ha sabido adaptarse a los cambios sociales del país conservando siempre su principio básico: reunir, conservar y difundir el conocimiento de sus fondos. La conmemoración del Tricentenario de una de las más importantes bibliotecas nacionales del mundo requiere la implicación de toda la sociedad porque siempre han ido de la mano. El lema elegido para este año de Tricentenario es que la Biblioteca Nacional de España es tuya. Con esta muestra itinerante, estas otras miradas, la BNE está también más cerca.

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El destino de los seres humanos es siempre inescrutable. Los acontecimientos históricos, ajenos a la vida personal de cada uno, hacen que la biografía de un individuo discurra por caminos diferentes a los previstos. El caso del gran arquitecto italiano Filippo Juvarra en este aspecto de lo insospechado es paradigmático. Hombre cosmopolita y cortesano, virtuoso diseñador, escenógrafo y sobre todo uno de los grandes arquitectos del barroco, su existencia tomó un giro insospechado que, a manera del tiempo circular, cerró su exitoso periplo vital. Nacido en Messina en 1678, cuando Sicilia era aún española, al cumplir los veintitrés años fue el encargado de levantar las arquitecturas efímeras, las máquinas y tramoyas teatrales con que su ciudad natal festejó la proclamación de Felipe V de Borbón como rey de España. Hijo de un platero, Filippo Juvarra, hábil dibujante, para completar su formación se va a Roma, en donde será discípulo de Carlo Fontana y en 1705 ganará el primer premio del concurso Clementino, convocado por la Academia de San Luca. En 1714, cuando tras la Guerra de la Sucesión, España pierde el dominio de Sicilia, pasando la isla a ser gobernada por el reino de Saboya, Juvarra, que hasta entonces era súbdito del Imperio español, es nombrado arquitecto del rey Victor Amadeo de Saboya. Instalado en Turín, creará todas sus obras maestras en la capital y demás lugares del Piamonte, como el Palacio Madama, la iglesia de la Superga o su obra maestra, el enorme pabellón de caza de Stupinigi.

 

Juvarra, hombre cosmopolita que de 1719 a 1720 viajará primero a Lisboa y después a Londres y París, en el momento cumbre de su carrera de arquitecto áulico de Saboya será solicitado por el rey de España Felipe V y su esposa Doña Isabel de Farnesio para proyectar el Palacio Real Nuevo de Madrid, ya que la antigua residencia de los monarcas, el vetusto Alcázar, había sido pasto de las llamas en las navidades de 1734. Juvarra, que había nacido súbdito español, debió sentirse halagado y en realidad contento de ser reclamado y considerado como el mejor arquitecto de su época, capaz de proyectar un nuevo palacio real. Instalado desde 1735 en Madrid y tras diseñar la fachada del jardín del palacio de La Granja en la provincia de Segovia, Juvarra, que no llegó a ver iniciadas las obras del madrileño Palacio Real Nuevo, enferma gravemente y muere víctima de un letal enfriamiento el 31 de enero de 1736. Por desgracia no se sabe en donde fue enterrado y ningún monumento funerario recuerda su memoria en la corte del rey de España. Ese olvido es imperdonable.

 

El dibujo Fantasía arquitectónica de Filippo Juvarra, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, es del año 1704, es decir de la primera época, cuando el genial arquitecto vive en Roma y es discípulo de Carlo Fontana, arquitecto que a su vez había sido discípulo de Bernini, el máximo representante de una determinada manera de entender el barroco. Juvarra, entonces muy joven, ávido de aprender y de estudiar el legado del arte antiguo romano y a la vez también el arte moderno que entonces se hacía en la llamada 'Ciudad Eterna', no sólo retrataba los monumentos existentes sino que hacía dibujos escenográficos de arquitecturas fantásticas e ideales, a manera de 'caprichos', de edificios imaginarios. Sus invenciones de construcciones irreales, pero que ofrecen una cierta veracidad, eran láminas sueltas o disegni de regalare o páginas de cuadernos y álbumes apreciados y coleccionados por los entendidos. Piranesi, que más tarde hará el elogio de Juvarra, fue el continuador de un género de diseño en el que, en una misma lámina horizontal, con perspectivas de punto de huida en diagonal, se representan grandes edificios circulares, pórticos de columnas gigantes, arcos de triunfo, escalinatas, fuentes, obeliscos y pirámides. Todo ello dibujado con trazos sueltos y rápidos, de ágil mano y fantasía desbordante y culta. La concentración del repertorio de una arquitectura romana fantaseada es la de un escenógrafo consumado que conoce el mundo teatral de la corte papal para la cual trabajaba y en la que tenía una fiel clientela de admiradores. Aquel joven no podía sospechar que, pasados muchos años, hombre ya maduro y en la cima de la gloria, sería llamado por el rey de España para proyectar un gran palacio real. Tampoco sospecharía que Madrid sería el lugar de su fallecimiento, víctima de los desaires áulicos y del crudo invierno madrileño. Su vida se acababa fatalmente y en el silencio más absoluto.

 

Ligado también al rey Felipe V y en especial a su hijo Carlos III, está el nombre del más famoso luthier o violero italiano Antonio Stradivari (1644-1737), cuyos violines, salidos de sus manos, están considerados como los instrumentos sonoros más perfectos e inigualables de su género. Artesano o más bien artista, que tuvo una larga y fecunda vida, ya que alcanzó la edad de 93 años, Stradivari nació en la noble ciudad de Cremona, la capital de una provincia del norte de Italia, en Lombardía. Cremona, patria de los Amati y también de la saga de los Guarneri que construyeron como Stradivari los violines más apreciados del pasado, es también la patria de Claudio Monteverdi, el gran compositor del siglo XVI que fue uno de los primeros que introdujo el violín, instrumento que por su brillantez y suavidad, es esencial en la música orquestal moderna. También, en una quinta de la campiña de Cremona, en la bucólica y dulce llanura del Po, nació Virgilio, el poeta latino de las Geórgicas y de las Églogas.

 

Felipe V, que a causa de la Guerra de Sucesión combatió en Italia contra las tropas austríacas, asistió en el año 1702 en Cremona a un concierto en el cual los violines eran de Antonio Stradivari, quien le ofreció la venta de un conjunto de cinco instrumentos cuidadosamente ornados. Por impedimentos locales, los violines no fueron expedidos a España. Fue más tarde, en 1775, cuando reinando Carlos III, Paolo Stradivari, hijo del autor de dicho quinteto, se los vendió al monarca español para la educación del Príncipe de Asturias, el futuro rey Carlos IV, que tocaba el violín. Desde la llegada a Madrid de los cinco stradivarius - tres violines, de los cuales se muestran dos, una viola contralto y un violonchelo- datados los cuatro primeros en 1696 y el último en 1700, no han cesado de ser tocados por los músicos más prestigiosos del mundo que periódicamente han dado y siguen dando conciertos en el madrileño Palacio Real.

 

Un violín es una caja armónica de superficies abovedadas cuidadosamente labrada milímetro a milímetro, en una escogida madera tratada y barnizada de una manera especial para lograr con una inaudita nitidez sonora las composiciones musicales de los grandes compositores. Los stradivarius son verdaderos diamantes. Los violines de Stradivari pertenecen a una época de un excepcional esplendor musical, en el cual los nombres de Bach, Vivaldi, Scarlatti, Bocherini y Mozart son el índice de la altura que alcanzó la música en el siglo XVIII. En Madrid el marco incomparable del Palacio Real, diseñado por Filippo Juvarra y realizado por su discípulo Jean Baptista Sachetti, es el más acorde para escuchar los maravillosos instrumentos de Antonio Stradivari.

 


Imágenes de la Exposición
BNE. Otras miradas

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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